Las pymes y los autónomos son los grandes damnificados en las crisis. Por este motivo, es una noticia positiva que Europa estudie comprar participaciones en las pymes como vía para evitar la bancarrota.
Al inicio de la pandemia, la mayoría de gobiernos europeos optaron por planes para incentivar el crédito a las empresas más afectadas, como el programa de avales del ICO puesto en marcha en España o los macrocréditos en Alemania y Francia para reflotar a grandes empresas.
Si las pymes son las empresas que más abundan en España y las más importantes si hablamos de nuestra economía, es lógico que éstas reciban un impulso en momentos donde no todas han podido salir adelante como en otros sectores.
Las pequeñas y medianas empresas reclaman y con razón, más apoyo público porque de ellas dependen la mayor parte de los empleos. De hecho, en España, las pymes generan más de 10 millones de empleos, el doble que las grandes compañías, según el Ministerio de Industria.
La Comisión Europea, el Banco de Inglaterra y los ministerios de Economía de Alemania y Francia estudian la posibilidad de comprar participaciones en las pymes.
Esta solución se plantea como complemento a los préstamos avalados o como alternativa una vez que venzan esos programas de apoyo público.
Varios gobiernos europeos cuentan con participaciones en compañías privadas a las que rescataron durante la crisis económica de 2008. La novedad estaría en incluir a las pymes dentro de este medida de apoyo estatal.
La compra de acciones en compañías podría evitar un mayor endeudamiento, que a su vez podría provocar una oleada de morosidad si se producen quiebras en las empresas que han recibido esos préstamos avalados con fondos públicos.