Al final, directa o indirectamente, el Gobierno ha reconocido que existe una crisis y ésta afecta muy sensiblemente a las pymes. Y está intentando reaccionar aunque ya es demasiado tarde.
La cuestión, aunque de forma simplista, podría resumirse de la siguiente manera: el sector financiero desconfía de los pequeños empresarios, sube los tipos de interés acompañado por la política del Banco Central Europeo, y ejerce una doble presión sobre los créditos: por un lado corta el grifo y pone muchas trabas a la concesión de nuevos préstamos, y por otro comienza a no renovar los créditos que vencen a sus clientes pyme.
El Ejecutivo, de forma torpe y lenta, intenta salir del atolladero utilizando su buque insignia: el ICO. Sin embargo, las declaraciones de su Presidente son contundentes: España necesitaría 300.000 MM de Euros para salir de la crisis. Zapatero sólo ha podido inyectar 600 MM que, obviamente, no llegarán a todo el mundo.
El Gobierno se está quedando a solas frente a la crisis, ese toro negro y peludo que amenaza con darle una cornada más bien pronto que tarde. Una buena decisión sería rebajar los impuestos a la pequeña y mediana empresa para ofrecerle la liquidez que demandan y que los bancos ya se han negado a dar (recordemos que Zapatero pidió colaboración de las Entidades Bancarias y éstas le dejaron caer que ellos no hacían obras benéfiicas sino negocios...)
De modo que las palabras de Aurelio Martínez afirmando que la crisis llegará a su fin en junio de 2009, a día de hoy y con el panorama que se nos presenta, más que un análisis de la situación real, me parecen una predicción de la Bruja Lola.
Fuente | Europa Press Imagen | Wazari