Las rebajas no reflotan la facturación del pequeño comercio

Las rebajas no reflotan la facturación del pequeño comercio
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En un entorno de descuentos constantes, de competencia de precios feroz y campañas agresivas de ofertas en Internet está claro que muchos consumidores ya no esperan a las rebajas para comprar aquello que quieren a mejor precio. Llevamos años viendo como este periodo de tiempo ya no supone colas de gente o grandes picos de facturación. Y este año es peor todavía, ya que las rebajas no reflotan la facturación del pequeño comercio.

Según una encuesta de la Confederación Española de Comercio, CEC, la primera semana de rebajas registra una caída de facturación de entre el 20% y el 30% respecto al mismo periodo del año anterior. Justo en el momento en el que más necesitan recuperarse del golpe del cierre por confinamiento y meses sin facturar. Todo esto no invita precisamente al optimismo.

Desde la CEC las previsiones son que uno de cada cinco comercios situados a pie de calle cierre sus puertas de aquí a diciembre. Puede ser mayor en las zonas dependientes del turismo, con cierre del 50%. La situación es peor para los pequeños y medianos comercios ubicados en locales de centros comerciales, donde pueden cerrar uno de cada dos.

Según el mismo estudio, el gasto medio por persona se situará en estas rebajas en 90 euros. Por sectores, el más afectado es textil y calzado. En cuanto a empleo en el sector, entre diciembre de 2019 y junio de 2020 el comercio minorista experimentó una caída en el número de afiliados del 4,3%, entre el régimen general y el de autónomos.

La CEC ve imprescindible volver a los periodos tradicionales de rebajas previos a la liberalización de 2012. Una cuestión muy complicada hoy en día, porque no solo se trata de competir con los negocios que operan en España, sino que Internet ofrece una experiencia global para comprar en otros países donde las ofertas constantes no van a desparecer.

Más posibilidades tienen en sus propuestas de apoyo fiscal y financiero para facilitar la liquidez a los comercios, el aplazamiento del pago de la deuda tributaria o suspensión del pago de tributos. Además, considera fundamental posibilitar la tramitación de nuevos ERTEs en función a la evolución y fases del desconfinamiento, con el fin de garantizar la sostenibilidad y el empleo de las empresas.

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