Acabo de leer un capítulo del libro "Ir o no ir" de Paco Muro que identifica la historia de el Mago de Oz con el liderazgo. Paco Muro es presidente ejecutivo de Otto Walter España y ha escrito varios libros sobre management.
En este capítulo, a modo de cuento, identifica la historia de los personajes de la historia del Mago de Oz, el espantapájaros que buscaba un cerebro, el león que perseguía el valor y el hombre de hojalata que quería un corazón, con la búsqueda de las claves del talento directivo.
Independientemente de que los valores para llegar a ser un buen empresario pueden ser otros, desde luego cerebro, corazón y valor, son el mejor punto de partida para poder afrontar con éxito las dificultades que cualquier pequeño empresario encuentra en el desarrollo de su actividad.
Identificamos el cerebro con la inteligencia, con la capacidad de análisis, con la componente objetiva de la persona que será útil para manejar las situaciones tanto cotidianas como extraordinarias.
El corazón es la motivación, la fuerza, la intuición, los elementos subjetivos que pueden forjar el carácter, la personalidad del empresario y que complementan a la parte objetiva que determina el cerebro
Por último, el valor está claro que es el atrevimiento, la determinación para tomar decisiones clave para el negocio. Es la capacidad para enfrentarse a las situaciones y ser capaz de asumir las consecuencias de esas decisiones.
La historia de el Mago de Oz podría ser la búsqueda de todo empresario de esas capacidades necesarias para forjar el carácter emprendedor. Sería muy recomendable que el primer paso que toda persona que se plantee iniciar un negocio debería de dar, sería hacer un viaje al Mundo de Oz, buscar al Mago y regresar con cerebro, corazón y valor.
Un viaje que sirva de reflexión sobre las capacidades personales que tenemos, y que vamos a necesitar en una tarea tan difícil como la dirección y gestión de nuestro negocio.
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