El aumento de la productividad es uno de los retos que deben afrontar las pymes para salir de la crisis. Varios comentarios han ligado este incremento de la productividad con la necesidad de cambios en la jornada laboral, ya que la distribución de la jornada condiciona la productividad de los trabajadores.
La consejera de Empleo del Gobierno Vasco, Gemma Zabaleta ha anunciado hoy que su Gobierno propiciará un debate colectivo sobre el cambio en el horario laboral en el País Vasco. Zabaleta ha dado a conocer un estudio sobre las implicaciones y consecuencias de la modificación del horario en las empresas de esa comunidad autónoma. El trabajo ha sido realizado por la dirección de Innovación Sociolaboral del Departamento de Empleo y Asuntos Sociales y con él se pretende abrir el debate sobre la necesidad de que las empresas introduzcan cambios en su horario de trabajo.
Este estudio incide en que un factor determinante para esta realidad desfavorable es la jornada partida o la hora de entrada al trabajo. La consejera ha afirmado que el “58 % de los trabajadores tienen una jornada partida con un tiempo excesivo para comer, lo que provoca un retraso en la hora de salida, y un menor tiempo de disfrute del ocio”.
Este no es un debate nuevo, para mí, el horario partido sí es un condicionante para conseguir ese aumento de la competitividad. España es casi el único país europeo donde se dan estas condiciones en lo horarios laborales. Lo que ocurre es que este ya no es, sólo, un problema laboral, si no que trasciende a lo cultural.
Desde mi punto de vista, resultaría mucho más productiva una jornada contínua con un descanso para el almuerzo y terminar la jornada antes. De esta manera el trabajador podría destinar al ocio o la familia una buena parte de la tarde, pero eso nos haría prescindir de la hora de la comida y sustituirla por un menor tiempo para el almuerzo.
También, creo que, resulta evidente que el parón del mediodía y la vuelta al trabajo por la tarde suponen una interrupción en el ritmo de trabajo que llevan a ese descenso de productividad. España es uno de los paises con menor productividad y sin embargo, es uno donde se trabaja un mayor número de horas, se debería modificar estas condiciones para lograr un mejor aprovechamiento del tiempo.
En las pymes, con menor capacidad de recursos humanos, podrían tener una mayor dificultad para implantar este sistema. Por no decir de las del sector servicios, cuyos horarios se plantean ya no en función de la empresa si no de las necesidades de sus clientes.
Desde luego ahora que la reforma del mercado laboral está sobre la mesa, podría ser un buen momento para trabajar en este tema y buscar un sistema mejor que el que tenemos, habida cuenta de las carencias del mismo. Pero debemos de tener cuidado a la hora de exigir a quién no puede afrontar estos cambios, sería necesario facilitar a las empresas el transito a este nuevo sistema y no hacer como siempre, legislar sin tener en cuenta la dificultad de su aplicación.
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