No se deja de hablar de la importancia de las redes sociales para las pymes. La digitalización es prácticamente una obligación para la pyme y las admnistraciones se encargan de recordar los niveles tan bajos que existen en las pequeñas empresas, en cuanto a tramitar mediante forma telemática.
Las pequeñas y medianas empresas aseguran que se han visto obligadas a retrasar su apuesta digital por falta de conocimientos, recursos y tiempo. Es su gran asignatura pendiente.
Sólo un 15% de las pequeñas y medianas empresas españolas tiene su propia tienda online, si nos fijamos en ese dato, podemos concluir que las redes sociales no son lo más importante a nivel estratégico ni como ventas ni como atención al cliente.
Ayudas e información sobre el buen uso de las redes sociales se ofrece, pero a la hora de la verdad, el cliente que apuesta por resolver una gestión a través de una red social de una pyme, puede acabar rendido mentalmente. Sobre todo, porque si bien hay excepciones, en general: nadie sabe y nadie contesta. Como si abrir un perfil bastase y las preguntas y opiniones fueran algo menor.
Y es que las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y para facilitarnos la vida a nivel profesional. Otra cuestión es cuando no sabemos gestionarlas y nos roban tiempo. Si tu pyme está presente en una red social o dos, y un cliente tiene un problema, intenta resolverlo, o al menos: ofrece información.
No hay nada que frustre más a un cliente que ha depositado su confianza y su dinero que se le ignore. Y ahí es donde entra la creencia que la presencia en las redes sociales no es relevante. Sí lo es, sobre todo cuando puedes aclarar un malentendido en dos pasos.
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