El acceso a la administración electrónica depende de ciertos elementos técnicos que complican el futuro a medio plazo si no se resuelven una serie de circunstancias que siembran algunas dudas. Por un lado está Java, un complemento básico para realizar las firmas electrónicas y para firmar y enviar documentos a las respectivas sedes electrónicas. Java era la solución, para facilitar el acceso, pero ahora se ha convertido en un problema.
Al ser un software trasversal a diferentes plataformas, los atacantes han encontrado un filón para atacar a través de este complemento los equipos. Esto ha dado lugar a un ritmo de actualizaciones que solucionan brechas de seguridad demasiado alto para lo que les gustaría a las empresas, ya que con muchas de estas actualizaciones se producen comportamientos inesperados a la hora de realizar determinados trámites telemáticamente.
A esto tenemos que sumarle que Google Chrome desde el pasado 1 de septiembre ha dejado de soportar Java, con lo cual ya no es un navegador válido para tramitar electrónicamente con la administración. A esto le tenemos que sumar que desde la llegada de Windows 10, con su nuevo navegador Edge que no tiene soporte para los certificados electrónicos, Internet Explorer tiene congelado su desarrollo.
Sólo quedaría Firefox como navegador de futuro para acceder, pero teniendo en cuenta que también se ha metido en un ciclo de actualizaciones alto, al igual que Chrome, y que en muchos aspectos va a rebufo de este, no sería raro que también dejara de dar soporte a Java más pronto que tarde.
Con lo cual todo parece quedar en mano de dos gigantes de la computación como Microsoft y Oracle y todo el funcionamiento depende de que estas corporaciones estén o no por la labor de trabajar conjuntamente con la administración. Google ya ha dado muestras de abandonar este tema, Apple y Safari nunca han estado interesados en ofrecer este servicio a sus usuarios y Firefox es el actor independiente que ha permitido el uso de la administración en sistemas diferentes a Microsoft.
Y lo peor de todo es que si algo falla las empresas ya no tienen el plan B, no pueden pasar por ventanilla para presentar documentación y obligaciones fiscales. Tampoco la administración tiene la capacidad para tramitar tal y como lo hacía antes de la llegada de las firmas electrónicas. Pero si algo sale mal las que acaban pagando son las empresas. Esperemos que el desarrollo de la plataforma Cl@ve siga adelante y sea aceptado por empresas y usuarios.
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