Ana trabaja en una empresa desde hace un par de años, su trabajo ni siquiera se parece a lo que le gusta, ni tampoco a lo que le enseñaron en las aulas. Pero ella es una persona optimista y luchadora. ¿Cuál es su problema? Le gusta hacer las cosas bien. Es eficaz, tiene buen carácter, y tiene facilidad para adaptarse a cualquier situación.
Pero sufre un problema habitual en cualquier profesión: está rodeada de compañeros que detestan su talante. ¿La razón? Para agradar al jefe utilizan otro tipo de 'armas' y no siempre van acompañadas de hacer bien su trabajo sino de destacar, por encima de quien sea. Brillar entre compañeros tóxicos es algo más que un reto para Ana y para cualquiera en su situación.
Tipos de compañeros tóxicos
Pasa la mayor parte del día persiguiendo al jefe y a cualquiera que ostente un cargo superior al suyo. Nadie sabe cómo aterrizó en la empresa pero ahí sigue, sin aportar mucho pero siempre que puede, tratando de que los errores de los demás sean conocidos en cada esquina de la organización.
Jamás ha presentado un nuevo proyecto, ni siquiera una idea o sugerencia para mejorar cualquier circunstancia que afecte a su persona o al resto de compañeros. Hace su trabajo diario, no se mete en problemas pero tampoco puedes contar con él para que te apoye. No destacar es su misión.
No se alegra por nada ni por nadie. De hecho le importa bien poco si la empresa funciona o no. Está más atento a los logros de los demás que de los suyos, sus éxitos no los saborea, y los ajenos los critica con o sin razón. Su objetivo es que el mal ambiente reine de lunes a viernes.
Quiere caer bien a todos. Se embarca en mis asuntos que jamás llega a terminar. No es un mal trabajador, pero necesita la aprobación del grupo y para ello no duda en ofrecerse para echar una mano, tengo o no tiempo. ¿El resultado? Acaba solo porque nadie confía en él. Quizás sea un buen profesional pero la inseguridad le resta puntos.
Existen muchos perfiles con distintos matices, pero en general, las personas tóxicas están presentes en nuestras vidas para probarnos. Son un obstáculo, una mera prueba que superar. ¿La solución? Ser capaz de construir una coraza ante cada uno de ellos y no dejar que sus intenciones (buenas o malas) nos acaben perjudicando.
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