Para mí el trabajo es una obligación, y en ocasiones, aunque pueda parecer incorrecto reconocerlo, llega a ser una maldición que me recuerda la penitencia que hay que cumplir por la expulsión de los primeros padres del Paraiso.
No soy el único que defiende este planteamiento en The Happiness Dividend se subraya que aunque la mayoría de las empresas reconocen que su activo más importante son sus trabajadores, en los Estados Unidos el 84% son infelices en sus trabajos y un tercio se plantea abandonar su trabajo actual.
Coincido con el autor en que la satisfacción laboral no es sólo un predictor de las ganancias, sino que además, representa la ventaja competitiva más importante de una empresa, como ya anticipaban entre otros autores Drucker y Paylo con sus reflexiones sobre el conocimiento tácito.
Así los datos que presenta Shawn Anchor con respecto a los resultados que produce la felicidad tanto a nivel empresarial como educativo, los considero completamente asumibles. Incrementos de las ventas del 37%; de la productividad en un 31% o en la precisión del desempeño de las tareas en un 19%.
Por tanto, ¿pueden hacer algo las empresas para mejorar los niveles de felicidad?. Según los datos del autor así es:
- Gratitud
- Centrarse en las experiencias positivas
- Ejercitarse diariamente
- Meditar/ reflexionar
- Gestos espontáneos de gratitud
Con estos sencillos pasos se puede modificar el patrón con el que nuestra mente ve el trabajo. Además, permite comprender cómo generar un ambiente de trabajo positivo que permita lograr una mayor implicación de los trabajadores.
Vía | Harvard Business Review En Pymes y Autónomos | Organización Imagen| Shawnrossi