Siempre se ha asociado a la mejora en ventas de un dependiente o dependienta atractivo o camarera a otra persona que no goze de una presencia que invite a la compra. Esta forma de contratar, se está trasladando a todas las empresas de todos los sectores con el objetivo de conseguir una imagen de empresa más uniforme y agradable hacia las relaciones personales en todas las áreas de las empresas. Esta tendencia, es peligrosa por varios factores: * Las personas somo heterogéneas y es imposible que todos seamos guapos, altos y simpáticos. * Se moldean las personalidades, la propia esencia de cada persona en función de las necesidades y objetivos de la empresa. Ya no sólo en el aspecto físico sino en la forma de vestir, expresarse, comportarse... Pensemos en muchas empresas donde el personal que trata directamente con el cliente, siempre está contento. Pensemos en un avión o un tren. Normalmente, las azafatas y azafatos suelen tener una sonrisa que les llega hasta las orejas, sin olvidar un uniforme más o menos afortunado,
Trasladar la identidad corporativa a todos los miembros de las empresas es una tendencia peligrosa. Todos queremos un buen trato desde luego cuando compramos algún producto o servicio, pero si se abusa de estas políticas se genera una impersonalización en el trato al obligar a los empleados a comportarse bajo unos roles que no le son naturales.
Como siempre, ni todo es blanco ni negro, pero en este caso, mi opinión es que se mejorará la personalidad de la empresa manteniendo unas normas mínimas de estética y un trato adecuado en las relaciones con el ecosistema de la empresa, sin tener que sonreir siempre y pudiendo dejar la corbata y uniforme aparcado en algunas ocasiones. Cuestión compleja desde luego para posicionar una empresa en el mercado.
Vía | El Confidencial En Pymes y Autónomos | ¿Se discrimina a los trabajadores por ser feos? Imagen | Sedapal