Cuando tenemos un problema o existe un conflicto que nos afecta, no sólo se trata de que algo en nuestro entorno no funciona, sino que debemos averiguar cómo afrontarlo. Durante estos años de crisis el término resiliencia se volvió muy popular.
Se trataba de afrontar los obstáculos desde un punto de vista positivo, aprender de los momentos negativos para evolucionar y mejorar como persona. En el trabajo, sucede lo mismo. Si no somos capaces de gestionar los problemas que surjan, acudir a nuestro puesto cada día será algo más que un reto.
Tratar este tema es complicado puesto que existen lugares donde resulta literalmente imposible trabajar, o bien porque los compañeros no lo ponen fácil, el jefe o el sueldo es tan bajo, que ni el desarrollo de nuestro trabajo, por mucho que nos agrade, lo compensa.
Pero si partimos de un escenario donde surjan los conflictos habituales, sería recomendable, mantener una actitud positiva-realista. Porque nos ayudará a relativizar situaciones que sólo generan a la larga: estrés.
Serán muchos los gurús que nos digan cómo hemos de afrontar el día a día. Qué tipo de deporte realizar para calmar la ansiedad y así hasta el infinito. Como si con consejos estándar todos pudiéramos cambiar una situación laboral difícil.
Los mejores consejos siempre vienen de la mano de personas que realmente lo han pasado mal. Por ejemplo, superar una enfermedad seria te da una perspectiva diferente hacia la vida. Donde lo importante pasa a ser algo con lo que hay que cumplir pero sin sufrir.
Es de ellas de las que realmente se aprende, por ejemplo:
A convertir tu trabajo en algo que te guste, depende de ti en un 80%
A poder hacer algo que repercuta en la sociedad, te debería hacer sentir orgulloso
A que coincidir con compañeros tóxicos que sólo ven problemas en pequeños contratiempos, se convierta en una mera anécdota, relativizar su comportamiento sólo nos beneficiará, tanto a nivel profesional como personal
En definitiva,ganar confianza en uno mismo, disfrutar con las pequeñas cosas, evitar los conflictos o gestionarlos de manera óptima para todos, sólo contribuirá a mejorar el ambiente laboral, la relación con los compañeros, y a los ojos del gerente. No es fácil, pero sí necesario para que el desarrollo de nuestro trabajo nos genere satisfacción.
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