La Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico (LSSI) tiene como objeto la regulación del régimen jurídico de los servicios de la sociedad de la información y de la contratación por vía electrónica.
Entre otras cuestiones obliga a poner a disposición de los destinatarios del servicio y de los órganos competentes en todo sitio en internet (salvo aquellos que se limiten exclusivamente al ámbito doméstico o de actividades personales no económicas) de un mínimo de información de forma permanente, fácil, directa y gratuita.
Esta información suele incluirse bajo el título "Aviso Legal" y ha de incluír los siguientes elementos:
- Una clara identificación del o los responsables del sitio: nombre o denominación social, residencia o domicilio, dirección de correo electrónico y cualquier otro dato que permita establecer una comunicación directa y efectiva.
- El dominio o dominios utilizados.
- En el caso de que su actividad estuviese sujeta a un régimen de autorización administrativa previa, los datos relativos a dicha autorización y los identificativos del órgano competente encargado de su supervisión.
- Si ejerce una profesión regulada deberá indicar los datos del Colegio profesional al que se pertenezca y número de colegiado, el título académico oficial o profesional con el que cuente y las normas profesionales aplicables al ejercicio de su profesión y los medios a través de los cuales se puedan conocer, incluidos los electrónicos.
- El número de identificación fiscal que le corresponda.
- Información clara y exacta sobre el precio del producto o servicio, indicando si incluye o no los impuestos aplicables y, en su caso, sobre los gastos de envío.
- Los códigos de conducta a los que, en su caso, esté adherido y la manera de consultarlos electrónicamente.
A partir de esta información legal, hay dos cosas importantes que debe saber una pyme, puesto que son errores que se ven con frecuencia en internet:
- Si bien el asunto no es tan complejo como para necesitar el asesoramiento de un abogado (salvo casos muy específicos o que la empresa tenga ya contratado algún servicio de asesoramiento legal), tampoco es conveniente dejarlo en manos del informático o de la empresa que nos diseña una web. Se tardan cinco minutos en repasar el texto que nos han propuesto comparándolo con los puntos señalados anteriormente y nos puede ahorrar más de un disgusto.
- También es peligrosa la extendida costumbre de teclear "Aviso Legal" en Google y tras elegir un ejemplo que parezca muy completo hacer un copia/pega en nuestro sitio cambiando solo los datos identificativos. Este Aviso debe redactarse de forma personalizada, en función no sólo del cumplimiento de las obligaciones legales, sino también de la información y garantías que toda empresa debe mostrar en sus páginas web como primer paso para ganarse la confianza de sus posibles clientes.
Es habitual incluír dentro del Aviso Legal no solo la información a la que se refiere el artículo 10 de la LSSI, sino también las referidas a propiedad intelectual, uso de los contenidos, responsabilidades y protección de datos.
Lo veremos en el segundo artículo de la serie.
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