En una entrada anterior hablaba del informe publicado por Adecco, Nuevos horizontes para la RC. Como ya mencionaba la responsabilidad corporativa (RC) es una gran desconocida para los empresarios españoles, a la que apenas prestan atención. De hecho, desde los medios de comunicación pasa bastante desapercibida, y nosotros mismos no somo s la excepción.
Plantear el hecho de que la RC puede ser un elemento eficaz para las organizaciones y una herramienta de crecimiento, genera cuanto menos escepticismo entre los empresarios. Uno de los motivos principales que les obliga a pensar así es ver a la RC como un gasto en lugar de una herramienta de productividad.
Los directivos encuestados en el estudio apuntan este aspecto como el más relevante de todos los retos que plantea aplicar la RC en las organizaciones. Es decir, evitar la confusión de que la RC no depende de la cuenta de resultados, sino de los valores de los directivos que administran la sociedad.
Por eso, es necesario entender que la RC produce resultados positivos, materiales e inmateriales, que se derivan de fomentar la satisfacción de los empleados, respetar el medioambiente, favorecer la integración social de los grupos de exclusión, e incluso, promocionar el voluntariado corporativo.
Tener entre las prioridades de la entidad todo lo anterior permite generar una conciencia colectiva que permite incrementar la sostenibilidad, y por tanto, incrementar los beneficios de un modo natural. Para que sea así hay que hacer que estas acciones sean perdurables en el tiempo y formen parte de la cultura empresarial de la entidad.