Una de las propuestas que se están gestando para favorecer la liquidez de las pymes en el marco de la Ley de Apoyo al Emprendimiento y su Internacionalización, que permitirá a los contribuyentes deducirse en la base imponible del IRPF parte de su inversión, con un tope de 20.000 euros, en las empresas y negocios de sus familiares, amigos y allegados.
Esta medida ayudará a conseguir tres objetivos, por un lado la afluencia del crédito que no termina de llegar desde las entidades financieras, incentivar que los agentes económicos con capacidad de ahorro pongan su capital a disposición de la economía real, y por otro, instaurar una posible solución al grave problema de la sucesión generacional.
Aunque aún no se conoce qué porcentaje podremos deducirnos, ni si la retribución En definitiva, unas propiedades muy positivas que viéndolas así, muchos nos cuestionamos por qué no se han aprobado antes, máxime cuando tantas empresas han cesado su actividad de manera forzosa al no disponer de la financiación necesaria para financiar sus operaciones corrientes.
Aunque es positiva, aún queda muchas tareas por acometer, como por ejemplo una nueva estructura fiscal que tenga más en cuenta el tamaño y la situación de la empresa, unos precios más asequibles en la remuneración del capital, e incluso, una simplificación de los trámites burocráticos entre las distintas administraciones.
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