El enfoque dynamic pricing o ajustar los precios a la demanda es una de las estrategias que nació en el sector aéreo y hoy constituye el mascarón de proa de muchas empresas. Lo utilizan Pepecar, NH e incluso RENFE. Fíjate, desde finales de 2006, la compañía ferroviaria ofrece las tarifas estrella y web, entre el 40% y el 60% más baratas que las habituales pero, eso sí, deben ser contratadas con suficiente antelación y siempre que exista disponibilidad de plazas.
Las ventajas más obvias de los precios dinámicos son dos: por un lado, se cubren unos servicios que no está claro que vayan a ser demandados a un precio normal y, por otro, esas ofertas estrella actúan como un reclamo de la empresa para el resto del año.
Habrá unos pocos que se beneficien de esas ofertas y contarán a diestro y siniestro todo lo que disfrutaron por solo cuatro euros mientras que los que no consigan acceder al cupo de las ofertas especiales es muy posible que acaben por utilizar los servicios a un precio normal porque, ¿acaso no nos quedan ganas de hacer ese viaje a Egipto después de haber buscado por activa y por pasiva (y sin conseguirlo) un vuelo barato?
Imagen | El País