El 98% de las empresas españolas tiene menos de 50 trabajadores. Este paradigma empresarial, lejos de cambiar, sigue provocando verdaderos estragos en la economía española, incapaz de aumentar el tamaño de las empresas, lo que serviría para mejorar la productividad del conjunto de la economía, pagar mejores salarios y contribuir a mejorar la estabilidad laboral de los trabajadores.
No en vano, la mayor parte de empleos en estas empresas sigue concentrándose en el sector de la hostelería. Según el último informe de empleo en las pymes españolas, que publica trimestralmente Cepyme en colaboración con Ranstard Research, las empresas de menos de 10 trabajadores han creado casi 14.000 empleos en el sector de los bares y los restaurantes en el último trimestre del año, y las empresas de entre 10 y 49 trabajadores, casi 30.000.
De hecho, el sector de la hostelería es, precisamente, el que peor salarios paga. En 2016, el sueldo medio del sector fue de 13.636 euros brutos al año, un 40% por debajo del conjunto de los asalariados en España. Estos bajos salarios son consecuencia de un sector que ya de por sí es incapaz de generar productividad y que, además, cuenta con puestos de trabajo con horarios interminables y puestos de trabajo inestables, con contratos en su mayoría de duración determinada y estacionales.
Este dato contrasta con el dinamismo de las empresas de mayor tamaño, que suelen generar empleo en otras áreas económicas diferentes. No en vano, las medianas empresas concentran su generación de empleo en comercio al por mayor y educación, dos sectores con una productividad mucho mayor que permite generar una mayor productividad, lo que redunda en mejores salarios.
El tamaño empresarial sigue siendo uno de los mayores hándicaps que tienen las empresas españolas para crecer y contribuir al crecimiento económico español. Las empresas grandes generan mejores puestos de trabajo, son menos vulnerables ante crisis económicas, tienen mayor capacidad para pagar sus deudas y, sobre todo, pagan mejores salarios. Que la mayor parte de la creación de nuevos trabajos se concentre en sectores de bajo valor añadido sigue siendo una mala noticia.
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