Esto es al menos lo que se desprende del último informe del INE, durante el mes de Agosto de agosto se crearon 5.466 sociedades mercantiles, un 3,0% más que en el mismo mes de 2011 y se disuelven 1.300. Atendiendo únicamente a las estadísticas los números parecen buenos, ya que la cantidad neta de empresas creadas es de 4.166 sociedades.
Sin embargo, obviando el hecho de que la creación de empresas es siempre positiva, estos datos no son un halo de esperanza para todos los que deseábamos un cambio de modelo productivo y del tejido empresarial de nuestro país, ya que el 23,4% de las sociedades mercantiles creadas en agosto corresponde al comercio y el 20,1% a la construcción y promoción inmobiliaria. Es decir, casi la mitad de nuevas empresas españolas pertenecen a los sectores tradicionales.
De hecho, mientras la hostelería representa la mayor tasa neta de sociedades mercantiles con un 4,5%, la industria y la energía caen casi un 10%. Y es que parece que el tan deseado cambio de modelo productivo está lejos de producirse, no tanto por incapacidad de nuestros emprendedores como por las pocas facilidades que ofrece nuestro país.
Da la sensación que España va a estar toda la vida basando su tejido empresarial en la construcción, un sector extremadamente sensible a los ciclos económicos y en el sector del turismo, un sector con una demanda altamente estacional que depende mucho de la época del año, en especial el llamado turismo de sol y playa, un modelo ya lo bastante saturado como para que merezca la pena cuando menos revisarlo.
Y este es un proceso que necesita una cierta inversión, sobre todo en educación y en cierto capital que quizá haya que realizar a fondo perdido. Aún así, en mi opinión, aunque este sea un proceso doloroso y largo, debería llevarse a cabo y mientras tanto tendríamos que favorecer a los emprendedores ejercer su actividad con un marco jurídico estable.
En Pymes y Autónomos | ¿Por qué no existe la cultura del emprendimiento en España? Imagen | Min Master