Se abre un halo de esperanza para los pymes y los autónomos. Según el último Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial que elabora CEPYME en colaboración con la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, los niveles de morosidad empresarial se redujeron 2’7 puntos en el segundo trimestre de 2019.
Además, también se ha producido un ligero descenso de la deuda comercial en mora, es decir, de aquellos créditos que ya han vencido. En la actualidad, se sitúa en el 70,6% del total del crédito comercial, con una variación interanual de 4,3 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2018.
Sin embargo, las buenas noticias son relativas. Aunque el periodo medio de pago ha decrecido, continúa siendo demasiado elevado. Los proveedores reciben el pago de sus facturas en 82,3 días, todavía muy por encima de lo que establece la Ley de Morosidad. Además, el coste financiero de la morosidad también ha subido hasta los 1.579 millones de euros, un 2’8% más que en el mismo período del año anterior.
Teniendo en cuenta el tamaño de la empresa, las micropymes son las empresas que menos tarda en hacer frente a sus facturas, al abonarlas en un periodo medio de tan solo 76,7 días. Durante este año, sin embargo, este periodo ha aumentado en 0,2 días. Por el contrario, las pequeñas empresas son el colectivo que más redujo el plazo de abono de las facturas, al pasar de 87 a 82 días, 22 por encima de lo que marca la Ley.
Las administraciones públicas siguen siendo las que más tardan y este año se ha acentuado este incumplimiento. En concreto, el plazo medio de pago a proveedores de las corporaciones locales ha superado los 100 días en el mes de agosto de 2019, lo que supone un incremento de 5’7 días respecto del mes anterior y de 4’8 días respecto del mismo período del año anterior.