Según un informe de 46 páginas elaborado por la troika, el grupo de decisión formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la concesión de crédito a hogares y familias en España registrará su nivel más bajo en el año 2014.
A partir de ese momento, la financiación a pymes y otras empresas no financieras comenzará a crecer de nuevo de forma razonable, especialmente los créditos que provengan de entidades que no hayan necesitado ayuda para su recapitalización.
Mientras que, en el sector privado, el grifo de la financiación continúa cerrado (por mucha publicidad del FROB que aparezca en los medios de comunicación haciéndonos creer lo contrario), habiendo caído un 12% en el último año, los créditos al sector público han aumentado en un 14%. Todo un desplazamiento del crédito al sector público que sirve para explicar, en parte, por qué las empresas tienen tantos problemas para acceder a la financiación.
Pero no todas las empresas sufren por igual este problema. En la coyuntura actual, son las grandes corporaciones las que cuentan con más capacidad para generar beneficios y, por tanto, proceder a la devolución de sus préstamos con menos dificultades. Mientras tanto, las pymes atraviesan graves dificultades para obtener liquidez con la que poder producir y, de esta manera, obtener beneficios. Es la pescadilla que se muerde la cola: sin crédito, no se pueden producir beneficios; y sin beneficios, no hay capacidad para devolver los créditos y, por tanto, estos acaban no concediéndose.
Sin embargo, el informe apunta a que la caída del crédito no se ha producido únicamente por una caída en la oferta, sino también en la demanda de los mismos. El necesario proceso de desapalancamiento hace que las empresas procedan a recortar sus gastos con el objetivo de devolver sus deudas, en lugar de reestructurarlas o refinanciarlas. Hay menos peticiones de crédito porque ya no es posible endeudarse más.
No cabe duda que la apertura del grifo del crédito es una condición necesaria, aunque no suficiente, para reestablecer la confianza en las pymes. Ya no existe la misma capacidad de endeudamiento que existía en época de burbuja en la que, hasta el proyecto de inversión más ruinoso, era viable. Los bancos deberían ser más prudentes en la concesión de créditos y los poderes públicos en los mensajes que hacen llegar a la población. El ya tan manido la vivienda nunca baja ya no puede servir para hacer política, y mucho menos, ayuda al crecimiento económico.
Entretanto, si las previsiones de la troika son ciertas, parece que aún queda un año por delante sin crédito y, por tanto, sin liquidez.
En Pymes y Autónomos | ¿Por qué más de un 70% de las solicitudes de crédito a las pymes son desatendidas?, Las dudas se despejan: el grifo del crédito seguirá cerrado Imagen | mr_robd_lon