Cuando desarrollamos una actividad empresarial todos estamos de acuerdo en que en la medida en la que vamos subcontratando procesos o delegando tareas, vamos asumiendo un mayor coste de gestión. Con ello no quiero decir que no debamos hacerlo, pero si hacerles ver que delegar lo que nosotros mismo podemos hacer sin menoscabo de nuestros objetivos, es un grave error.
Adicionalmente, ocurre lo mismo con todos aquéllos servicios e input que apenas nos aportan valor, y que suponen un gasto económico que se convierte en un gran lastre cada mes en estos tiempos de escasez.
Aunque esta no es una situación que se en la mayoría de los casos, hay un número importante de organizaciones que presentan problemas de este tipo, lo que las condicionan a ser menos competitivas y rentables, ya que están operando con una estructura de costes más desfavorable que la competencia.
Para evitar este tipo de situaciones lo mejor es sentarnos a analizar lo que nuestro negocio necesita, intentando contratar los inputs productivos que realmente sean necesarios, para así evitar incurrir en gastos innecesarios que a la larga nos empujen a tomar decisiones drásticas.
En Pymes y Autónomos | Tratar bien al cliente no es aceptar cualquier cosa
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