Tal y como se ha definido en multitud de artículos y libros de gestión empresarial, la oficina es una selva en la que coexisten una gran variedad de perfiles profesionales. Pero entre todos, el que más me enerva personalmente es el caso de los que me voy a tomar la libertad de denominar 'Holameayudas', es decir, aquéllos ciudadanos que continuamente nos están interrumpiendo para que les ayudemos a cuestiones de diferente tipo, hasta las más básicas. Y que en cambio, jamás se nos ofrecen cuando necesitamos ayuda, o lo que es aún más flagrante, nos dan largas, nos dicen que no lo saben, o sencillamente huyen de nosotros cuando los necesitamos.
En la empresa, así como en la vida, todos necesitamos de todos en algún momento, por lo que siempre sigo la frase de que hay que ayudar siempre que se pueda. Pero hay quien no lo entiende así, y solo acostumbran a recibir y nunca están dispuestos a dar.
Llegados a este punto, seguro que conocen a alguien con este perfil, y al mismo tiempo, se estarán formulando la pregunta: ¿cómo puedo evitarlos? Pues bien, lo mejor ante este tipo de situaciones es ponerle coto, utilizando incluso algunos de los argumentos que ellos nos muestran cuando deciden no ayudarnos, cómo por ejemplo: "estoy hasta arriba"; "tengo peticiones urgentes", "ahora mismo no puedo atenderte". O bien, siempre podemos utilizar el conducto 'formal', y pedirles que nos hagan la petición a través de nuestro director.
Esto segundo suele ser una muy buena opción, porque en primer lugar suele servir como filtro para las peticiones más accesorias al tenerse que justificar ante nuestro superior o superiora, y por otro lado, porque tal vez tema mostrar su inoperancia y/o dependencia excesiva.
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