Siempre es una buena noticia conocer historias de emprendedores que triunfan a pesar de las dificultades y que contra viento y marea consiguen hacerse un hueco en su sector.
Ayer podía leer uno de estos bonitos relatos en el diario Expansión, el cual giraba entorno al restaurante con la mayor lista de espera de Madrid, que no era otro que el restaurante DiverXo, propiedad de David Muñoz. Este emprendedor comenzó su negocio arriesgando todo su patrimonio y con ayuda de préstamos subvencionados del ICO. Finalmente, a pesar de las dificultades, pudo sacar adelante su proyecto.
De estas pequeñas historias se pueden sacar varias conclusiones, como que una de las virtudes que debe tener todo buen emprendedor es la constancia, la capacidad de no desfallecer nunca en el camino hacia su objetivo, y así lograr el éxito de su idea.
Por otra parte, podemos ver que la innovación no está reñida con los sectores más clásicos en este caso, la hostelería, y que este tipo de negocios no es coto exclusivo de las grandes cocinas del país. David Muñoz impulsó en su negocio una cocina creativa y de vanguardia con el objetivo de alcanzar el estatus de referente en su sector.
Una vez alcanzada dicha notoriedad, tiene la oportunidad de rentabilizar su negocio con proyectos externos al mismo y que tengan como referencia el éxito de su empresa, cómo puede ser la asesoría a otros empresarios de su sector, o bien la edición de libros de cocina, una línea de alimentación exclusiva, o su participación en eventos culinarios, por citar unos rápidos e hipotéticos ejemplos.
Pues bien, esta pequeña historia de superación puede servir para que otros emprendedores se animen a iniciar su actividad y cumplir sus sueños empresariales, y para los que ya están al frente de sus negocios, porque nunca es tarde para estudiar otras formas de rentabilizar el mismo.