La partida de gastos de representación acaparan un porcentaje importante dentro del presupuesto de acciones comerciales y de marketing, y como todo gasto debemos precisar en su eficiencia para que al final no se traduzca en algo sin sentido y accesorio.
Para ello, debemos alcanzar un equilibrio, evitando emprender acciones desmesuradas, no acordes con el fruto de la relación comercial que podemos tener con un determinado cliente o proveedor. Por poner un ejemplo, no tendría ningún sentido gastar en una comida de representación ante potenciales clientes a la hora de vender una App.
Algunas empresas en épocas de bonanza han llevado acciones de este tipo con gran furor, pero a la hora de los resultados no salieron mal paradas porque las ventas y los margenes acompañaban, pero en estos tiempos que corren la situación es muy distinta.
Con ello no quiero decir que debamos descartar este tipo de gastos, pero sí animarles a que tengan la mesura suficiente como para que estructuras de este tipo puedan acabar con nuestra liquidez y llenarnos de clientes 'interesados'.
En Pymes y Autónomos | Bajar los precios es un arma peligrosa para revitalizar las ventas
Imagen | gobiernodeaguascalientes