Muchos negocios se inician con una idea y al cabo del tiempo se ven en la necesidad de variar de modelo. En ocasiones se dan cuenta de que las circunstancias que les rodean, su clientela, el entorno económico, etc. ha cambiado y tienen que adaptarse. En otras, simplemente el plan de negocio inicial no se ha cumplido o era inexistente. Este es el momento del cambio de estrategia de negocio, el punto de inflexión hacia el éxito o el fracaso.
Por lo general no se toma una decisión drástica, sino que se van introduciendo pequeños cambios, añadiendo nuevos productos o servicios al catálogo en una especie de test de prueba y error que acaba por conducir a un modelo de explotación que muchas veces no tiene nada que ver con el plan inicial.
El problema es que no se hace un estudio serio de la competencia, del entorno, los clientes potenciales, etc. que nos pueda conducir a cambiar la estrategia de negocio con éxito. Es una decisión tan importante, que llama la atención que muchas empresas y negocios acaben por tomarla en función a sus sensaciones, a lo que ha funcionado a otro negocio de un conocido, una idea feliz que alguien a tenido, etc. en lugar de hacerlo con datos y un mínimo de rigor.
A esto se suma que las posibilidades de financiación de la pyme no son ilimitadas. Si se cambia de estrategia es porque no salen las cuentas y se empieza a generar deuda. No se puede fallar en el nuevo rumbo que se toma, ya que lo más habitual es que si no sale bien, el resultado será el cierre del negocio.
Los negocios no deben ser inmovilistas, tienen que estar en constante evolución en función de las demandas de sus clientes, la oferta que tiene la competencia, sus posibilidades financieras y sus caractertísticas, etc. Pero esto no significa que los cambios se tengan que realizar se hagan de cualquier manera.
En Pymes y Autónomos | Los errores comunes de un plan de negocio
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