Los datos del avance del comercio on-line son evidentes y ya los comentamos en un post anterior. La empresa 2.0, aquella desarrollada y cuyo funcionamiento utiliza a internet como canal, es ya una realidad que va ganando terreno poco a poco y que, en determinados sectores, podría acabar con el modelo de negocio 1.0, el negocio tradicional que se lleva a cabo de manera presencial.
Sin embargo ese modelo de comercio de "ejecución remota" depende en determinados aspectos de ese sistema presencial. Esa dependencia, que se da en muchas ocasiones y principalmente en el aspecto estratégico de la logística, es uno de los puntos débiles de este modelo y puede acabar frenando esta evolución, o limitando su desarrollo a grandes empresas que tengan recursos para solucionar este problema.
Nuestros compañeros de Tecnología Pyme inciden en un post sobre el problema de la logística en el comercio electrónico, personalmente puedo decir que éste en uno de los mayores obstáculos que se puede encontrar cualquier empresa que se proponga desarrollar un proyecto de venta de productos a través de internet.
Si ahora mismo nos preguntaran si hay alguna cosa que no se pueda vender a través de la red seguramente nuestra respuesta sería que no, el comercio electrónico está ya tan presente que no nos extraña que podamos comprar a través de internet todo tipo de productos y si mañana nos propusieramos adpotar este sistema como modelo de negocio para comercializar nuestros productos podríamos pensar que es un canal ideal.
El problema principal es que nos podemos encontrar no es ya el diseño de la página; el enlazar el sistema de pedidos de los clientes con la aplicación de gestión que nos controle el stock de productos o la configuración de la pasarela de pagos. El factor clave de nuestro negocio y que puede hacerlo inviable no tiene nada que ver con la venta o con la conexión entre el cliente y nuestra web, el principal inconveniente tiene que ver con el mundo 1.0 y es cómo entregar al cliente la mercancía que ha comprado.
Si la empresa es pequeña y no tiene un canal de distribución propio deberá recurrir a contratar los servicios de una empresa de logística que entregue esos productos al cliente. Si esos productos tienen un margen comercial pequeño puede que ese coste no pueda ser asumible, si vendemos productos de poco valor puede resultar imposible subir el precio de venta para que esta subida amortique el coste del transporte, el envío contra-reembolso (que puede ser más barato) puede no ser efectivo si tenemos un alto volumen de entregas y además tiene el inconveniente de que el cliente tenga de desplazarse a la oficina de correos a buscarlo.
El problema se complica cuando el acceso a la tienda on-line hace posible que nuestros clientes estén en cualquier parte del mundo por lo que una buena solución a esta cuestión puede ser la diferencia entre que rentabilizar el negocio o hundirse. El mundo 2.0 depende todavía del entorno 1.0, debemos de tener esto en cuenta a la hora de plantearnos un proyecto de venta on-line.
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