En estos últiimos días, he leido un par de artículos en relación a la manera de seducir a un inversor. El primero en El Economista, citando a Carlos Bravo, Luis Martín Cabiedes y a Carlos Blanco, y otro en el Blog del propio Carlos Blanco.
Independientemente de que no voy a ser yo quién quite ni ponga una coma a todo lo que ellos manifiestan sobre el tema, si que me gustaría reflexionar sobre qué aspectos debe cuidar un emprendedor a la hora de presentar su proyecto a un inversor.
En primer lugar, hay que partir de la base de que cada inversor es diferente. Independientemente de que, como profesionales, se rigen por una pauta objetiva, que estiman como la más adecuada para reducir el margen de error a la hora de seleccionar en que empresas colocar su dinero, como personas, cada uno tiene una manera particular de gestionar esos datos objetivos.
Por eso, no hay una fórmula mágica. A unos les gusta que la presentación se haga de una manera determinada, otros se fijan más en las proyecciones económicas, otros en el equipo que va a acometer el proyecto, etc. Partiendo de esa base, y de esos condicionantes, el único secreto que tiene la presentación a un inversor es que éste debe ver que lo que tiene delante es un buen negocio.
Tan "sencillo" como eso. Pero, ¿cómo mostrar que lo que estamos ofreciendo es un negocio productivo? Para ello hay que hacer especial énfasis en el qué, el por qué, el cómo y el quién. El qué, se refiere a lo que vamos a hacer, qué es lo que vamos a ofcer al mercado y que justifica el sentido del negocio.
El por qúe, tiene relación con la justificación que tiene que eso que vayamos a hacer va a tener éxito, por qué el mercado va a comprar lo que le vamos a ofrecer y por qué va a estar dispuesto a pagar lo que nosotros pidamos por ese producto. El cómo, se refiere a cuáles van a ser los procesos y las estratégias que vamos a seguir para hacernos con ese mercado objetivo y, por último, el quién tiene que ver con el equipo que va a llevar a cabo todos esos procedimientos que van a llevar a la empresa a lograr sus objetivos.
Lo importante es que el negocio sea bueno, que sea posible desarrollarlo y que las personas que se van a ocupar de ello sean capaces de lograr lo que se pretende. El inversor debe ver todo esto y el emprendedor debe ser capaz de transmitirlo, ese es el principal secreto.
Respecto a que si a uno le gusta más la presentación así o de otra manera o que si el plan de negocio debe ser más o menos extenso, entiendo que esas son cosas que van más con la "manías" de inversor y que los emprendedores seguramente no conocen o no tienen por qué conocer.
Las recetas particulares de cómo le gusta a cada uno la preparación y la presentación del plato en cuestión, no son más que eso, recetas personales, que el emprendedor, con total seguridad, no podrá cumplir al 100%. Lo importante, el emprendedor tiene un negocio (negocio, no proyecto), cree en él, conoce y domina todos los aspectos del mismo y sabe transmitirlo.
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