Una empresa con un buen producto o servicio en pocas ocasiones puede superar una situación en la que los socios estén enfrentados o no están alineados con la dirección de la empresa o del proyecto. Si somos conscientes de que esto puede suceder, lo mejor que podemos hacer es asegurarnos de que hemos elegido al compañero de viaje perfecto, no a quién ha venido con ganas y energía, y quizá algo de capital, y no lo hemos incorporado sin mayores profundidades o requisitos.
La gestión de una empresa requiere de que el equipo de accionistas o socios esté perfectamente engranado para su éxito a largo plazo. Hacer equipo con la pareja equivocada es una invitación al desastre.
Matrimonio frente a la aventura de una noche
Es esencial elegir a sus socios con el largo plazo siempre en la mente. Cada socio tiene que hacer una continua y valiosa contribución a la empresa. De lo contrario, el resentimiento se acumula entre los que llevan el peso y otros que no lo son. A veces, la gente de negocios se unen y asocian con alguien para un proyecto sostenible, basado principalmente en una necesidad a corto plazo: tecnología, recursos económicos, contactos... después de solventar ese atasco inicial, aunque sea de vital importancia, la necesidad pasa, y tenemos un socio con el que, potencialmente, compartir los beneficios, pero no la carga de trabajo, del negocio. En lugar de "casarnos", la empresa debería haber contratado a quien lo solucionaba sobre una base a corto plazo.Comparte el trabajo comparte el resultado
En muchas ocasiones el dinero y el capital no es el único requisito para que nos asociemos con alguien, debemos investigar y profundizar un poco más sobre los verdaderos motivos y pulsiones de quien quiere incorporarse al proyecto, en el medio plazo, los socios descubren cosas que deberían haberse conocido antes de entrar en los negocios, información que les habría impedido avanzar y hacer equipo por un "presunto menoscabo" de confianza. Es mejor evitar discusiones legales posteriores. Presenta informes y rinde cuentas, cada negocio debe tener un sistema de información que permite a todos los socios supervisen las principales tareas de los demás. Corta de raíz situaciones incómodas. Si nadie está mirando, las personas son más propensas a desviarse...Cambios personales
No se confíe en las personas que cambian. Noventa y nueve de cada 100 personas nunca cambiará, y la persona número 100 probablemente no lo hará tampoco. Recibimos lo que vemos, por tanto mejor tener los ojos abiertos y estar en permanente alerta. Si alguien es perezoso y constantemente pone sobre la mesa que se esfuerza más que el resto es muy probable que el trabajo le asuste y no se sienta cómodo, evitemos confundir la esperanza con hechos. Por la misma razón debemos complementar personalidades, mirarnos todos en el espejo, por ejemplo: si estamos obsesionados con el control, no podremos abordar cuestiones sin supervisión y por tanto dedicaremos recursos dónde no debemos. Además tendremos que entender otras realidades, tenemos que anticipar la verdadera incompatibilidad con tiempo porque luego no hay un camino de vuelta hacia atrás.Seguir estas reflexiones previas puede hacer que evitemos el sufrimiento posterior de romper traumáticamente una relación.
Vía| ¿Cuántos socios necesitamos? Imagen| Orin Zebest