Según la memoria del año 2019 del Tribunal Económico Administrativo, Hacienda no siempre tiene razón, puesto que los Tribunales estiman el 45% de las reclamaciones de las empresas. Los asesores fiscales se quejan habitualmente de un exceso de rigor, que convierte cualquier discrepancia fiscal directamente en la incoación de una sanción.
Y es que como en todo la ley es interpretable. ¿Dónde está el problema? Que no todas las empresas tienen la capacidad y el equipo legal necesario como para rebatir los argumentos presentados por la Agencia Tributaria. Esto provoca que especialmente pymes y autónomos estén especialmente indefensos.
Son las grandes empresas las que pueden llegar hasta el final, ir hasta el tribunal económico administrativo correspondiente. Igualmente hay que tener confianza en el argumento presentado del asesor fiscal, que no en todos los casos tiene la solidez necesaria como para recomendar a la empresa ir a juicio. Porque ese 45% son estimaciones totales o parciales, es decir, el Tribunal puede estimar una parte de nuestro recurso, que al final haga que no nos compense no haber asumido la sanción en su momento.
Y no olvidemos que hay otro 44% de reclamaciones que son desestimadas. Así que la cuestión está muy pareja. ¿Dónde están resolviendo favorablemente a favor de empresas? Pues los tribunales corrigieron en 2019 más de la mitad de las actuaciones de la Agencia Tributaria en el IRPF, el Impuesto de Patrimonio, el IVA, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y los de Sucesiones y Donaciones.
Un ejemplo muy sencillo del excesivo rigor con el que Hacienda quiere interpretar un criterio lo tenemos en la deducción de las dietas de los autónomos, que hace que muchos asesores directamente hayan dejado de intentar aplicar estas deducciones, que cumpliendo con los criterios necesarios, luego pueden hacer que no los admitan.
Pero lo cierto es que se va a mantener el foco de Hacienda en las grandes empresas, aunque la falta de medios humanos y materiales de la que se quejan sistemáticamente los Inspectores de Hacienda hace que sea complicado y sobre todo muy laborioso investigar a las grandes corporaciones, y sobre todo, que luego no siempre su criterio es el que manda como hemos visto.