Son muchos los esfuerzos que se han realizado para evitar que las empresas cierren. El objetivo es sencillo, evitar la destrucción de un tejido productivo que gracias a su contribución sostiene el estado del bienestar que tenemos. Puede que convenga recordar que rescatar empresas es generar más ingresos para hacer frente a las deudas del estado.
No solo se evita que una empresa cierre y deje de pagar sus impuestos, de generar valor añadido con su actividad. También hacemos que sus trabajadores tengan que depender del Estado cobrando el subsidio de desempleo. Puede que este año no tengan beneficios, pero el que viene se recuperarán y al siguiente volverán a ser rentables. Y a pagar impuestos en función de los mismos.
Harían bien también en recordar esto aquellas que están más preocupadas por facturar a toda costa, a veces hasta saltándose las más elementales medidas de seguridad sanitarias. Son una minoría, pero hacen mucho daño a todo su sector. Seguro que la mayoría de las empresas de ocio nocturno cumplen con las medidas de seguridad, pero también podemos ver comportamientos inapropiados entre sus clientes que no son expulsados del local, más bien al contrario.
Y las asociaciones de empresarios en velar por los intereses de sus asociados denunciando a aquellos que con sus malas praxis provocan que aumenten contagios, que se cierren o limiten las actividades del resto para frenar de nuevo la alta tasa de trasmisión del virus. Aquí el corporativismo mal entendido no hace ningún bien.
Y cuidado, porque todas estas ayudas no son a fondo perdido. Alguien tendrá que pagar. Serán empresas y trabajadores. Lo harán con sus impuestos, porque por mucho que se diga, el PIB no va a crecer tanto como para sufragar toda la deuda generada. Y se hará también con un mayor rigor fiscal, más presión para aquellos que no juegan limpio y más control para todo el mundo.
Y a medio plazo subida del IVA, quizás no del tipo general, pero si del tipo reducido, para que lo sea un poco menos. Precisamente aquel al que se acoge la restauración y hostelería, uno de los sectores más castigados y que más ayudas solicita, que una vez recuperados de la crisis tendrá que devolver lo recibido.