El arbitraje como tal, es un sistema extrajudicial de resolución de conflictos entre dos partes, de manera independiente a un procedimiento judicial. Este sistema consiste en nombrar a un tercero (árbitro) en la discrepancia a resolver que a posteriori de la exposición y audiencia a las partes dictará un laudo de o resolución de obligado cumplimiento.
En la pyme, las hipotéticas discrepancias a resolver son todas las cuestiones que pueden surgir entre los clientes y la propia empresa. Imaginemos reclamaciones diversas por incumplimiento de plazos, claúsulas contractuales que no se cumplen, gestión de garantías… En definitia, cualquier gestión en la que presentemos discrepancia con nuestros clientes. ¿Cuales son sus características principales?
- Libre aceptación por las partes al sometimiento del tribunal arbitral. Nos someteremos a este procedimiento de manera voluntaria, tanto nosotros como eel cliente. No es de obligado cumplimiento como pueda ser una citación judicial.
- Si nos sometemos al tribunal de arbitraje, su cumplimiento es obligatorio. El laudo equivale a una sentencia firme.
- Procedimiento rápido, simple y económico. No tenemos los gastos que nos puedan ocasionar abogados y procuradores en el caso de interposición de una demanda de cualquier tipo.
Si nuestra empresa está adscrita a los sistemas de arbitraje, nuestra imagen mejorará sustancialmente. Esta adscripción es equiparable en la pyme a que nos gusta hacer las cosas bien, a admitir los “errores” o faltas de cumplimiento que llevemos a cabo.
Muchas pymes que se someten a los tribunales de arbitraje lo hacen constar expresamente en sus contratos, facturas e incluso instalaciones comerciales con la identificación del correspondiente logo o imagen que acompaña a este post. En siguientes entradas veremos cómo se procede para adscribirse de manera permanente a estos sistemas de resolución extrajudicial de conflictos.
Más Información | Ley 60/2003 de Arbitraje (BOE-PDF)
En Pymes y Autónomos | Que lo decida el árbitro