Hemos pasado de tener un porcentaje residual de empleados que trabajaban desde casa, apenas un 4%, a ver como en muchas empresas es casi una obligación para mantener distancias de seguridad y crear grupos de trabajadores separados que permitan la continuidad del negocio si existe algún contagio. Con el estado de alarma se fueron a casa y en muchos casos se hizo lo que se pudo. Pero ahora Gobierno y sindicatos y organizaciones empresariales han llegado a un acuerdo que se verá refrendado en el Consejo de Ministros del próximo martes 22. Vamos a hacer un repaso y ver todo lo que sabemos de la nueva ley de teletrabajo.
Para empezar esta nueva normativa solo se aplicará en el caso de que se realice un mínimo del 30% de la jornada laboral desde casa a lo largo de tres meses. Si trabajamos desde casa para poder cuidar de nuestros hijos, por ejemplo, si están en cuarentena por estar con un positivo, al ser una situación coyuntural no se aplicaría.
El trabajador tendrá una compensación por los costes que asume al trabajar desde casa. Son los medios como equipos, herramientas o los medios necesarios para llevara cabo su trabajo. Dicha compensación se negociará en el convenio colectivo. Además se tendrá que firmar un acuerdo con cada empleado que teletrabaje.
El teletrabajo será reversible y voluntario por cualquiera de las dos partes. Además no podrá significar una desigualdad entre los empleados que desarrollan su labor en la oficina con aquellos que lo hacen desde casa, algo que ocurre de forma inconsciente a la hora de tomar en cuenta su candidatura para un ascenso, por ejemplo.
La empresa podrá tomar las medidas de control necesarias para asegurar el cumplimiento del teletrabajo, siempre que no afecte a la intimidad y dignidad de sus empleados. En este sentido se tendrá que registrar fielmente la entrada y salida, así como las pausas efectuadas durante la jornada laboral.
La entrada en vigor de la ley tendrá un año de periodo transitorio para permitir negociar entre organizaciones y trabajadores. Veremos si cuando llegue el momento y, esperemos que pasado el peligro del coronavirus, se queda en algo intrascendente porque el porcentaje de teletrabajadores vuelve a ser residual o ha llegado para quedarse.