Un día un amigo que había estudiado relaciones laborales, nos contó a un grupo que las consultoras investigaban a los candidatos a un puesto de trabajo a través de Internet. Todos pusieron el grito en el cielo: "¿Y la privacidad?". No parecía lógico que un tercero valorara tu curriculum para desempeñar un trabajo basándose en lo que encontrara en Facebook. A mí me pareció razonable el enfado, pero también que la otra parte empleara sus métodos para conocer mejor al candidato siempre y cuando éste se expusiera libremente en Internet.
Lo cierto es que hay que prestar atención a los perfiles que abrimos en las redes sociales, sobre todo durante la búsqueda de empleo. No, no lo digo con el ánimo de coartar la libertad de expresión, pero ante todo si estamos presentes en alguna red social, deberíamos cerrar con siete llaves el acceso a personas que no son de nuestro entorno.
Un estudio ha demostrado que uno de cada diez jóvenes ha sido rechazado para un trabajo debido a su perfil en las redes sociales. El estudio realizado por Young People's Consumer Confidence (YPCC) ha analizado a 6.000 jóvenes de entre 16 y 34 años en seis países diferentes para evaluar qué impacto tienen los medios de comunicación social en sus carreras como profesionales.
El estudio revela que los jóvenes son más propensos a crear y modificar su perfil para quedar bien y gustar a sus amigos en lugar de hacerlo en base a los posibles empresarios que contratan. Además, muchos jóvenes siguen teniendo confianza en sí mismos y en mejorar en el ámbito laboral más que sus padres. En China y Nigeria es donde se dan niveles de confianza más elevados, seguidos de cerca por Brasil e India.
De los datos de estudio que mezcla dos conceptos: la mejora del perfil orientado a la búsqueda de empleo, y el beneficio de estar presente en ellas me quedo en el término medio. Veamos, las redes sociales no dejan de ser un mero escaparate, nada más. Algunas redes profesionales como Linkedin te dan información de puestos de trabajo a los que sin una buena formación y una imagen digital coherente, no tendrás acceso .
Confundir el estar presente en las redes sociales con conseguir el éxito profesional es un error
También lo es el subir fotografías realizadas en momentos de ocio que nos muestren como juerguistas profesionales. Sé que parece un tanto absurdo puesto que una persona en su vida personal, cuando no está trabajando puede hacer lo que le plazca aunque un mero apunte: ¿controlamos también lo que decimos sobre algún jefe o compañero? ¿Es necesario gritarlo en Internet? y sobre todo ¿para qué nos sirve?
A los que hemos vivido sin Internet en nuestra adolescencia nos resulta llamativo la facilidad con la que muchos jóvenes y también mayores comparten sus momentos en estado ebrio, fotografías íntimas que jamás las enseñarían a un grupo de personas de su entorno, pero que no dudan en distribuir alegremente con una suerte de extraños que son amigos de sus amigos.
Al final, las nuevas tecnologías son algo más que manejar bien Facebook o Twitter, éstas son un mero vehículo para el ocio para un tanto por ciento muy elevado de las personas. Las redes sociales ya son los nuevos bares o pubs desde hace años, un concepto que hemos tratado aquí y que describe a la perfección ese espacio: cómo nos reunimos, pero también cómo nos comportamos, y en muchas ocasiones el sentido común y la sensación de que todo vale, nos impide ver que una fotografía o un comentario fuera de tono es igual de perjudicial dicho en una reunión en la calle, que en tu muro de Facebook.
No se debe confundir el derecho a hacer lo que se quiera en el tiempo libre, con dejar un cartel con letras mayúsculas en mitad de una carretera donde ponga tu número de teléfono y tus ideas respecto a temas que pueden herir, ofender o simplemente ofrecer una imagen de ti poco seria, y que no genera confianza, y ya no solo me refiero a vistas de conseguir un empleo sino en general.
Mucho se habla de despidos a raíz del uso de las redes sociales en el ámbito laboral, pero en estos años previos a la búsqueda de un trabajo (aunque sea un momento complicado) una gran cantidad de personas de perfil muy joven, están dejando un rastro poco apetecible para un responsable de recursos humanos que decida saber un poco más de ti. En mi opinión se ha perdido el encanto de pasárselo bien y ser capaz de que no lo sepan hasta en Japón. La libertad es otra cosa.
En Pymes y Autónomos| Vida personal, profesional y redes sociales,Se admite como causa de despido que el trabajador se conecte a las redes sociales en el trabajo
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