Hay cosas que damos por hecho, cuando muchas veces nuestra percepción puede distar mucho de la realidad. Podemos pensar que todos los empleados están contentos en nuestra organización, cuando muchas veces no es así. A veces simplemente seguir la táctica del avestruz no es lo más acertado.
Se necesita conocer la opinión de todos, especialmente si no queremos llevarnos sorpresas y ver que alguien abandona el barco. Especialmente en las empresas más pequeñas esto puede ser un grave problema, puesto que afecta a la productividad de forma notable. Claro que se pueden aplicar políticas de retención para este trabajador que quiere marcharse, pero mejor tratar de hacerlo antes de que ocurra.
Pero muchas veces preguntar si están contentos en la empresa implica escuchar opiniones diferentes a las de la dirección, algo que no siempre nos gusta. A veces simplemente están descontentos porque no se tienen en cuenta sus opiniones, las mejoras que han propuesto, no se les asignan más responsabilidades o buscan mejorar la conciliación de su vida personal y profesional.
En otras ocasiones es una cuestión de salario, y creen que deberían ganar más de lo que realmente ganan. En todo caso es necesario tomar el pulso a la plantilla de tanto en tanto. Sobre todo porque así podemos evitar situaciones que se están conteniendo, pero que en un momento dado pueden explotar como un volcán.
Quizás la vuelta de vacaciones, donde todos volvemos más relajados es un buen momento para recabar opiniones de los empleados. Y a partir de aquí recoger todo esta información y tratar de mejorar algunos aspectos de la empresa. Escuchar no significa que tengamos que darles la razón en todo, pero si que tenemos en cuenta sus opiniones y valorar si se pueden poner en marcha o no.
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