Muchos autónomos y pymes dependen en mayor o menor medida del uso de la tecnología en su día a día. Pero su uso muchas veces se convierte en una lucha continua, primero para ajustarla a sus necesidades y luego cuando por cualquier motivo deja de funcionar como esperamos. Pero ¿sabes cuánto tiempo pasas en tu día a día peleando con la tecnología?
Por un lado tenemos la fase inicial, la puesta en marcha. Hacer que todo funcione tal y como esperamos. Esto puede ser más o menos traumático pero una vez conseguido no hace falta hacer nada más. Por lo general es un proceso planificado, por lo que no debe suponer una pérdida de tiempo significativa, en lo que se refiere a la calidad del mismo. Se realizará en momentos de poco trabajo.
Cuando la tecnología se rebela contra nosotros
Pero es justo cuando más necesitamos de la tecnología cuando muchas veces se rebela contra nosotros. Y es aquí cuando se pierde mucho tiempo. Un ejemplo, para muchas empresas un problema con su certificado electrónico en este mes de enero, que tienen que presentar trimestres, resúmenes anuales, etc. supone un contratiempo muy importante.
Además de generar un estrés que muchas veces impide que nos concentremos en otras cuestiones. Lo ideal si no queremos tener problemas es tener siempre una opción de emergencia. Siguiendo con el ejemplo indicado, tener el certificado electrónico en otro ordenador desde el que poder hacer las presentaciones.
Pero también se puede dar el inconveniente de la falta de uso. Tareas que solo tenemos que hacer de forma anual y que de un año a otro nos hemos olvidado o ya no funcionan tal y como esperábamos. En estos casos lo ideal también es intentar planificar con tiempo, para que el día que empecemos a trabajar vaya todo rodado.
Ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza
Al igual que cuando se contrata un seguro para el coche, se espera no tener que utilizarlo, tener un servicio técnico a mano es un ahorro de tiempo imprescindible para muchas empresas. Tener un teléfono para levantar y que alguien se pueda ocupar de pelear por nosotros para que todo funcione supone evitar la pérdida de muchas horas de trabajo en la empresa.
Porque muchos de estos problemas que para nosotros son nuevos y no tenemos muy claro como resolver, alguien especializado ya ha tenido que resolverlo antes. De esta forma no es solo que nos despreocupemos, sino que además la resolución será mucho más rápida. Y esto también supone un alivio importante para poder seguir adelante con otras cosas mientras este problema se soluciona.
No solo en la resolución de problemas que han surgido, sino que muchas veces estamos siguiendo una inercia de trabajo que resulta ineficiente. Y simplemente por la aplicación de la vieja regla de "si funciona no lo toques" llevamos una dinámica de trabajo que nos hace perder mucho tiempo, pero ni siquiera nos planteamos buscar otra. Es aquí donde un servicio técnico nos puede también ayudar.
La nube una solución para no depender de nuestros ordenadores
En otras ocasiones lo que se necesita es dejar de pensar en local. Si trabajamos en la nube, independientemente de lo que ocurra en nuestro ordenador de la empresa siempre podremos ir a otro para seguir operando. No dependemos de un hardware local.
A cambio tenemos que confiar en nuestros proveedores online, que son los que también se ocuparan del mantenimiento y correcto funcionamiento de las aplicaciones. Aquí es fundamental entender correctamente el contrato que se firma. Por lo general los tiempos de asistencia y resolución, así como la disponibilidad de los servicios serán mucho más bajos que los que puede lograr una pequeña pyme.
Especialmente es interesante para los autónomos, que muchas veces tienen que ser su propio servicio técnico. Y esto supone perder muchas horas instalado aplicaciones, reinstalado si algo no funciona bien y desesperándose por todo el tiempo que han perdido en la pelea.
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Imagen | Ryan McGuire