En el estudio participaron veinticinco emprendedores, que habían montado empresas o negocios, y otro grupo también de veinticinco personas que no habían dado ese paso. En primer lugar se les aplicó el Inventario de Temperamento y Carácter para valorar características de personalidad como la ‘búsqueda de novedad’ , la ‘evitación del daño’, la ‘dependencia de la recompensa’, la ‘persistencia’ y la ‘autodirección', todo para estudiar el cerebro del emprendedor y descubrir qué hay de peculiar en quien decide arriesgar en el mundo empresarial.
También tuvieron que realizar un ejercicio que todos conocemos. En él, se presentaban nombres de colores escritos en colores no congruentes con ellos, por ejemplo la palabra ‘verde’ escrita en color rojo. Los participantes debían responder sí o no el estímulo presentado en la pantalla era la palabra ‘azul’ o cualquier otra palabra escrita en color azul.
En esta tarea, considerada como una toma de decisiones en una actividad ambigua y poco familiar, los emprendedores fueron más rápidos a la hora de decidir y por tanto responder, tal como demostraron los menores tiempos de reacción y la menor amplitud de un componente negativo.
¿Cuál es la razón de esta capacidad? Según los autores del estudio, esto podría estar relacionado con una mejor atención selectiva visual, selección de respuestas y control ejecutivo, lo que quizá podría permitirles resolver conflictos de forma rápida y exitosa.
Los responsables del estudio señalan que el proceso de atención selectiva es un aspecto del funcionamiento mental que puede servirse de un aprendizaje previo. También hubo diferencias significativas en otro componente negativo, que mostró una latencia más prolongada en el grupo de emprendedores, y que los autores interpretan como la necesidad de un tiempo mayor para completar el proceso total de decisión, como si estuviesen evaluando las decisiones.
Parece que los emprendedores se diferencian de la población general en ciertas variables, como la atención, la velocidad de procesamiento o el control ejecutivo, y lo positivo de estos resultados es que todos estos aspectos pueden entrenarse.
Nos hemos quedado con la parte psicológica o en cierta forma científica del sujeto que decide emprender, no obstante otros factores son primordiales como el dinero, pero sólo hace falta mirar al pasado y recordar a Mónico Sánchez, el llamado Tesla español de origen humilde pero con una fuerte personalidad al que podemos considerar un ejemplo de emprendedor.
En Pymes y Autónomos|El mito: ¿el emprendedor nace o se hace?,El perfil psicológico del emprendedor Imagen|pink_chicle