La implantación de la flexibilidad horaria en las empresas es una de las medidas que más ayuda a los trabajadores a conciliar su vida personal y profesional. Por eso la mayoría de los empleados suelen estar a favor, también las empresas, pero con algunos matices. La flexibilidad de los horarios supone un problema organizativo para muchas de ellas.
El horario flexible de entrada y salida, pero también la posibilidad de trabajar desde casa en algunos momentos para dar salida a determinadas tareas de forma más eficiente son puntos claves que nos ayudan a valorar nuestro puesto de trabajo. Además en muchos casos se adaptan los horarios para que permitan recoger o dejar a los niños en el colegio.
Esto supone evitar gastos extras, en guarderías o actividades extraescolares que les mantengan ocupados hasta que salgamos del trabajo. De esta forma el horario flexible se puede convertir en una remuneración no salarial que es muy apreciada por los empleados.
Los peros de la empresa al horario flexible
Pero la empresa suele tener algunas preocupaciones antes de implantarlos, que por otro lado son fácilmente salvables:
Cubrir un horario laboral amplio, similar al que tienen implantado actualmente. En ocasiones la flexibilidad supone una oportunidad para ampliar incluso este horario al avanzar la horquilla de horario de entrada y salida.
Que la flexibilidad horaria no perjudique la comunicación, al no estar disponibles todos los miembros de un proyecto a determinadas horas.
Más trabajo para recursos humanos a la hora de adaptar y calcular horas trabajadas a lo largo del año. Pero también para los mandos intermedios, que tienen que coordinarse mejor con todo el equipo a la hora de fijar reuniones o citas con clientes, por ejemplo.
Facilitar las herramientas necesarias para el teletrabajo, aunque muchas veces se llega a un acuerdo para que utilice las del propio empleado preservando las medidas de seguridad adecuadas.
Hoy en día la tecnología ayuda a salvar muchas de ellas. Colaborar y comunicarse con el resto del equipo de trabajo hoy en día no implica estar físicamente en la oficina. Las reuniones en lugar de fijarlas a primera hora de la mañana se pueden fijar un poco más tarde, cuando todos estén ya en la empresa. Es más una cuestión de voluntad y cambio de hábitos en la organización que otra cosa.
No importa si la empresa es pequeña o grande. Existen soluciones que es posible implantar mejorando la coordinación entre todos los miembros para que sea más eficiente en su trabajo. La recompensa será unos empleados más motivados e implicados con la empresa para mantener unos buenos horarios que se adaptan a sus necesidades.
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