No todos los sectores se han visto afectados por la incidencia del coronavirus. Algunas incluso han incrementado su trabajo, como podría ser el sector de despachos y asesorías que han tenido que tramitar ERTES, solicitar créditos, aplazar impuestos, etc. Y ahora llegan las vacaciones de verano, el momento en el que además de un merecido descanso muchas veces se aprovecha para el mantenimiento de los sistemas informáticos, que este año es más importante que nunca.
Porque en estas circunstancias excepcionales no se puede aplazar la toma de decisiones. Si tenemos que renovar un equipo es el momento, ya que será más complicado si a la vuelta de vacaciones se vuelve a decretar un estado de alarma o limitaciones en la movilidad. Lo mismo ocurre a la hora de planificar de forma eficiente y segura las conexiones remotas.
No renueves mañana lo que puedes cambiar hoy
Ya tienen experiencia y saben parte de estos inconvenientes que supone trabajar desde casa. También sus ventajas, ahora hay que analizar como se puede mejorar la productividad para que los empleados puedan trabajar en mejores condiciones, para pulir los inconvenientes de comunicación que han surgido con la distancia, etc.
En muchos casos los equipos informáticos están pensado para ejecutar las tareas de oficina con solvencia. El problema viene cuando el empleado va por delante del equipo, y esta herramienta se convierte en un lastre. En circunstancias normales no tiene mayor incidencia, penaliza la productividad, pero si no estamos al 100% no importa.
Por eso las empresas que han tenido un exceso de trabajo, más obligaciones debidas a la pandemia y sus efectos en otras compañías y trabajadores, harían bien en planificar de forma eficiente la renovación de sus equipos informáticos o al menos su actualización y mejora, tanto de hardware como de software. Mejor elegir cuando lo hacemos que tener que esperar a que no funcione para estar parados y esperando a que nos monten otro.
Porque ya hemos visto que si hay restricciones todo se complica mucho. ¿Renovamos por un portátil en lugar de un equipo de sobremesa para trabajar desde casa en caso de necesidad? ¿Preferimos un ordenador todo en uno con gran pantalla, que nos podamos llevar también si teletrabajamos? Son preguntas que hasta hace poco la mayoría de empresas no se planteaban.
Mantener los equipos protegidos y conectados
En este sentido también es importante que los puestos de trabajo dispongan de un sistema de alimentación ininterrumpida, SAI, una batería que nos mantenga el ordenador encendido en caso de un corte eléctrico y lo proteja contra los picos de tensión. En el primer caso si estamos en la oficina trabajando no hay problema, porque ante un microcorte solo tenemos que pulsar el botón de encendido, pero ¿qué ocurre si trabajábamos desde casa?
Esta protección también tendría que utilizarse con las comunicaciones. Los equipos de facilitan el acceso a Internet también deberían disponer de una de estos SAI para que aunque haya un corte eléctrico breve las comunicaciones sigan funcionando para facilitar el acceso de los trabajadores remotos.
Estas baterías nos pueden dar margen de un cierto tiempo en función de su potencia y la cantidad de equipos que tengan conectados para que un pequeño corte de corriente no lo notemos en el trabajo. Una cuestión diferente es si existe una avería eléctrica y vamos a estar toda la mañana sin corriente.