A la vuelta en septiembre vamos a ver como muchos empleados tienen que retornar a sus oficinas. Se acabó el teletrabajo ahora que la mayor parte de la población está vacunada. Estuvo bien mientras duró, pensarán algunos. Se les acabó el chollo de vaguear en casa, pensarán otros. Pero la realidad es que la mayoría de los que apuestan por el teletrabajo no tienen problemas con volver a la oficina, el problema es volver a los atascos.
El tiempo de desplazamiento al trabajo, un problema recurrente
Mi trayecto medio cuando vivía en Madrid para desplazarme al trabajo era de una hora aproximadamente, de ida y otra de vuelta. Y eso es algo moderado, ya que a poco que vivas en las afueras en lugar del centro se puede multiplicar. Si ya entramos a nuestro puesto en la horquilla de las nueve de la mañana, la más complicada, puede ser de más de hora y media, por un trayecto que sin tráfico no pasa de la media hora.
Esto lleva a muchos empleados a anticipar su entrada en la empresa, tengan horario flexible o no. Madrugan, llegan antes para evitar atascos, ahorrar gasolina y poder aparcar. Y luego se van a desayunar o leen el periódico hasta que llega la hora de empezar.
Pero esto no evita que a la salida en muchos casos se encuentren con importantes retenciones para volver a su casa. ¿El resultado? La jornada laboral de 8 horas se prolonga casi 11 o 12 horas, si tenemos una parada para comer. Por eso muchos piensan que el problema no está en la oficina, sino en el tiempo que tardamos en llegar a ella.
El teletrabajo les ha dado más vida. Pero en muchos casos también más dinero, al no tener que desplazarse hasta su puesto de trabajo y ver el ahorro en combustible que tienen cada mes. Por eso muchos estarían dispuestos incluso a cobrar menos pero no tener que ir cada día a su oficina.
Y menos estrés. El tráfico genera una tensión innecesaria en nuestro día a día. Llegamos de los nervios a la oficina, porque ha habido un accidente, porque no encontrábamos aparcamiento, porque conducir con una alta intensidad de vehículos es complicado. Y esto nos impide en muchos casos rendir de forma adecuada en nuestro puesto.
¿Qué pueden hacer las empresas para mejorar esta situación?
Esta claro que estas situaciones fundamentalmente se dan en ciudades grandes. No tanto en las más pequeñas, cuyo nivel de atasco en horas puntas es menor, así como las distancias a recorrer. Pero es que es en estas grandes urbes donde se generan más puestos de trabajo.
La flexibilidad laboral es una de las claves. Un horario de entrada y salida flexible, donde se pueda elegir a qué hora se entra y en función de ello, cuando acabamos la jornada es uno de los aspectos clave. También la jornada continua. Ambas soluciones van de la mano para que volver a la oficina no sea un problema.
Y no olvidarnos de que el teletrabajo funciona. Quizás no lo necesitamos de forma continua, sino más bien como un híbrido. Algo que nos ayude a dar un plus a estos empleados, a mejorar sus condiciones laborales. Ya sea con un par de tardes a la semana que trabajan desde casa, con uno o dos días completos que puedan elegir o simplemente como alternativa para poder conciliar mejor vida profesional y personal de forma puntual.
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