Hace unas semanas, dando un apetitoso paseo por la playa después de cenar junto a unos amigos, uno de ellos abrió el debate sobre la oportunidad o no de abrir ahora algún negocio que tuvo éxito en el pasado, alguno se aventuró a mencionar el negocio inmobiliario para extranjeros, otro la asesoría de inversiones, y finalmente, otro asistente que creía en la provisión y asesoramiento en materia de servicios turísticos para extranjeros.
En realidad, todos los casos señalados en el párrafo anterior son 'perlas del pasado', pero no hay que ser muy ávidos en economía para darse cuenta de que no lo volverán a ser, al menos, en el corto y medio plazo, y en la forma en la que se conocieron.
Es curioso, que al debatir esta cuestión todos los tertulianos señalaran negocios ya creados, no saliendo de ninguno de ellos una nueva idea que permita la creación de un nuevo negocio sobre bases distintas. Dejando a atrás las circunstancias que motivaron su razón de ser, y abriendo el debate sobre cuáles son las actividades que pueden apuntar maneras para el presente y el futuro.
Más bien, las 'perlas del futuro' están relacionadas con esta última cuestión, debiendo reunir las habilidades necesarias para reciclar y adaptar los negocios pasados a las nuevas circunstancias, o tal vez, pensar en cubrir necesidades nuevas no cubiertas o proporcionado un enfoque distinto. Obviamente es la tarea más fácil, y los primeros que se decidan a emprender en los 'nuevos negocios' serán los que se aseguren el éxito futuro.
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