Ahora que nos encontramos prácticamente en los instantes finales del año 2013, muchos hemos aprovechado para reflexionar sobre las experiencias y retos que hemos afrontado en el ejercicio, planificando nuestra estrategia y nuestros propósitos teniendo en cuenta los errores que hemos cometido en el pasado.
Este año nos ha dejado más lecturas que un año normal, quizás por los envites de la crisis o por las rápidas y contundentes decisiones que hemos tenido que tomar en nuestra empresa o negocio ante las dificultades que nos han acechado, y nos han obligado a improvisar en muchos casos.
Obviamente, habremos tenido desenlaces de lo más diverso, y por mucho que lo hayamos querido evitar, también habremos errado en algunas cuestiones concretas, que son justo la que más nos pueden enseñar de cara a la toma de decisiones futuras, en las que tendremos que recordarlas para conseguir adoptar la mejor decisión posible.
Por ello, el comienzo de un nuevo año siempre debe ser una nueva oportunidad para seguir mejorando y crecer, no solamente en las variables y ratios de la empresa, sino que también como profesionales. Y a pesar de que este año va a terminar con un sabor agridulce, quizás nos haya legado un bagaje y unas vivencias que seguro, nos serán de mucha utilidad en años venideros.
En Pymes y Autónomos | Debemos aprender de los proyectos fracasados para crecer Imagen | Juan Antonio Capó