El modelo tradicional, que todos conocemos con su Windows XP, su Office y demás programas sigue siendo tan vigente como el horario de trabajo de 9 de la mañana a seis de la tarde. Por mucho que sepamos que otra forma de trabajar es posible, de las ventajas de virtualizaciones, trabajo en movilidad, firmas o facturas electrónicas, lo más que algunas empresas han conseguido movilizar es el correo electrónico.
Y lo cierto es que no se por qué se da tanta importancia a una herramienta que en sí misma no produce nada, sino que nos ayuda a la organización interna. Sin embargo, cuando hablamos de trabajar con conexiones remotas, utilizar aplicaciones en la nube que nos permitan trabajar desde cualquier lugar, son muchas las empresas que no quieren ni oír hablar de estas cuestiones.
Con esto vamos tirando ahora, que en la mayoría de las empresas hay poco trabajo y luchan más por sobrevivir que por buscar ser más eficientes y con ello más competitivos. Entiendo que en muchas ocasiones el llegar a fin de mes, mantenerse abiertos un mes más es el objetivo final. El problema es que si no podemos buscar un modelo más eficiente, que nos permita ser más competitivos será complicado que cuando levantemos cabeza podamos mantenernos.
¿Podemos mantener nuestro modelo de negocio cinco años más? ¿Cómo me pueden ayudar las nuevas tecnologías a ser más eficiente en mi trabajo? Estas son algunas de las preguntas que yo me haría. A partir de aquí intentar encontrar las soluciones que me ayuden a sacar el máximo partido de los recursos de mi empresa. O dicho de otra manera, hacer más con menos. ¿Podemos conseguirlo con el modelo actual de trabajo?
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