Hoy en día se habla mucho de la oficina inteligente. Pero este concepto va mucho más allá de poner una rede WiFi corporativa a la que puedan conectarse los trabajadores para ubicar su puesto de trabajo en cualquier lado. Tiene que ver con un concepto de empresa diferente y sobre todo con la movilidad. Los puestos de trabajo no están asignados porque la mayor parte del tiempo los trabajadores están fuera.
Los espacios son abiertos para fomentar la colaboración, aunque esto no está reñido con tener espacios que faciliten la privacidad necesaria para tener una reunión o realizar una presentación de cara al cliente. En este sentido la tecnología tiene que estar presente en este tipo de oficinas, con pantallas interactivas o pizarras digitales.
Esto implica que el empleado que se conecta, no importa si lo hace desde su casa, desde las oficinas de un cliente donde está haciendo una consultoría o en la propia sede de la empresa siempre accede a los mismos datos y aplicaciones. Aquí da igual que se apueste por conexión al servidor local o por trabajar en la nube. La cuestión es que la información siempre esté actualizada y accesible.
El ambiente de la oficina inteligente u oficina 3.0 tiene que ser necesariamente más distendido. No sólo prima la tecnología, sino que es una apuesta por cuidar a los empleados. Por ello no faltan las salas de relax, pero también áreas donde se facilite el intercambio de ideas en los proyectos.
Además debe ir acompañada de una mejora de la organización y los procesos internos. La oficina inteligente está reñida con los nichos de información, pero también de poder. No se trata de que todo el mundo tenga acceso a todo, sino más bien de que todo quede bien documentado y la marcha de un empleado no suponga que con él se va todo el conocimiento que se había acumulado sobre un proyecto, cliente, etc.
Pero todo esto no sirve de nada si no se nota una mejora en la productividad. De otra manera no será más que una forma de darle una vuelta a la imagen de la empresa. De potenciar la marca, pero poco más.
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