Lo primero que podemos pensar es a quién va destinado el teléfono, no es lo mismo que se incorpore un nuevo comercial a que se incorpore un nuevo ejecutivo a nuestra organización. Necesitamos una nueva línea y un nuevo terminal. Si queremos ampliar nuestra permanencia con la operadora tal vez consigamos un pago inicial menor.
¿Cómo se organiza nuestra empresa con la tecnología?
Y aquí debemos ver si nuestra empresa también tiene distintos estratos tecnológicos en función de su destinatario. Directivos y responsables, equipos de gama alta, mandos intermedios, equipos gama media y para el resto lo más económico que podamos encontrar.
La otra opción es que se vayan heredando dispositivos. Es decir, se renuevan los teléfonos de gama alta y se van pasando los antiguos a los mandos intermedios que a su vez los pasan al resto de empleados que necesitan teléfonos en la empresa. Es una forma de amortizar un dispositivo de gama alta durante varios años, más de los que en principio podría estar previsto.
Pero esto puede tener también algún inconveniente ya que nos puede obligar a sustituir algún elemento del teléfono con el tiempo, sobre todo la batería, para que mantenga una funcionalidad adecuada cuatro años después de su adquisición, por ejemplo.
Adquirimos terminales de gamas medias o bajas
La otra opción es que se vayan también adquiriendo terminales de gama media o baja para los empleados que no tienen que hacer un uso tan intensivo del mismo, pero necesitan un smartphone. En este caso, la duración del teléfono suele ser más corta y o se cuida muy bien, y no sólo me refiero a un cuidado físico, sino también de mantenimiento del sistema o en un par de años puede resultar poco práctico.
En este aspecto dependerá mucho de la plataforma que hemos elegido. No es lo mismo Android que BlackBerry o Windows Phone. iPhone queda excluido ya que no trabaja, por el momento, en estas gamas. También depende de lo que nos ofrezca el comercial de la operadora. Pero aquí no debemos dejarnos llevar. Aunque nos lo ofrezcan de forma gratuita, todo se paga.
Y esta es para mi la clave. ¿Qué nos ofrece la operadora con la que estamos y a qué precio? ¿Qué opciones tenemos con la competencia? ¿Tenemos alternativas de teléfonos libres? Luego la mayoría de las empresas ya han pasado por una gama de teléfonos a lo largo de los años que seguramente les llevarán a tener sus propias preferencias.
El BYOD como solución intermedia
Una alternativa que podemos utilizar es que la persona contratada utilice su propio teléfono a cambio de una compensación económica. De esta manera nos evitamos contratar líneas, comprar terminales, etc. El punto negativo es si tenemos contratadas llamadas internas de empresa, donde este teléfono lo normal es que esté fuera de esta posibilidad.
Si tomamos esta decisión también debemos tener en cuenta las cuestiones de seguridad, plataforma utilizada, acceso a datos corporativos, borrado remoto de datos, etc. No queremos que luego si después de un tiempo no sigue trabajando se lleve en su teléfono información confidencial de nuestra empresa.
Conclusión
Lo importante es no dejarse llevar por el precio inicial, sino el precio por año de dicho terminal, donde tenemos que considerar la permanencia en una tarifa, el coste del mismo o la vida útil que le calculamos, aunque este factor puede ser variable. Y vosotros en la empresa, ¿cómo elegís vuestros terminales?
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