El BYOD, Bring Your Own Device, es una moda a la que muchas empresas se quieren sumar. ¿Por qué van a invertir en la compra de nuevos ordenadores si los empleados pueden traer los suyos de casa. Al fin y al cabo, entre los requisitos para un puesto de trabajo también pueden tener este. Claro que esto también tiene unos costes ocultos para la empresa que muchas veces no se valoran adecuadamente.
Empezando por la propiedad de los archivos que contienen. Pongamos el caso de una base de datos de clientes, que se almacena en el equipo para trabajar, pero que luego, una vez finalizada la relación laboral se queda en este ordenador. También datos personales de estos clientes que no están debidamente custodiados.
Esto se puede solucionar haciendo del ordenador un mero medio de acceso, es decir, trabajando online donde los permisos para descargar archivos estén denegados. De esta forma nos aseguramos que los datos están bien custodiados y tenemos una trazabilidad en el acceso a los mismos. Si no habilitamos este tipo de protecciones, sea trabajando online o en red local, estaremos poniendo en riesgo los datos de nuestro cliente.
También es cierto que al ser el portátil, o el tablet, propiedad del cliente este suele mantener una actitud más laxa en seguridad. Aquí a la hora de descargarse programas para su uso personal, sin importar si ponen en riesgo o no los datos del ordenador o si dejan puertas traseras abiertas sin que sean conscientes de ellos.
También se tienen que tener en cuanta la heterogeneidad de sistemas, donde una cosa es pedir a los empleados que utilicen sus portátiles y otra diferente que todos vayan con el mismo sistema operativo, los mismos programas, etc. Todo ello hace que el gasto en mantenimiento de equipos y sistemas resulte algo más elevado.
Por último está el tema de la administración de los equipos. Es un tema peliagudo introducir programas o aplicaciones con los que alguien que no es propietario del dispositivo acceda al mismo y pueda manipularlo. Muchos usuarios pueden verlo como un exceso de control o una intromisión en su privacidad a la que no quieren renunciar.
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