Pero si no se da este caso, serán muchos los comerciantes afectados en el incremento del precio del alquiler. Que oscila entre el 200% y el 400%, lo cual puede llevar al cierre de negocios y al despido de de trabajadores.
Los contratos de renta antigua firmados antes de 1985 son los perjudicados puesto que se cumplen veinte años de una prórroga que tuvo lugar en una posterior Ley de Arrendamientos Urbanos, aprobada en 1994.
¿A quién afecta este cambio en los precios del alquiler? A los descendientes de los titulares originales del contrato o bien a una empresa. A pesar de los problemas que conllevará este cambio, una buena parte de los comerciantes afectados han podido gestionar nuevos contratos, gracias a la buena disposición de los arrendadores.
Es lógico, prefieren cobrar todos los meses una cantidad segura, que aumentar el precio y que la otra parte opte por marcharse. Al menos el local se mantendrá ocupado y generará un beneficio para ambos.
Pero no todos los comerciantes lo van a tener fácil, y si no existe la posibilidad de negociar el precio del nuevo alquiler, el sector del pequeño comercio lo pasará todavía peor, ya que la recuperación económica resulta todavía muy débil.
Tanto los sindicatos como los representantes de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de diversas Comunidades Autónomas reivindican por conseguir una nueva moratoria en los contratos de renta antigua y lograr el máximo de acuerdos para no tener que cerrar un gran número de comercios en 2015.
No es el momento apropiado para que se incrementen los gastos en el comercio de proximidad, por una razón más que obvia, son ya muchos los frentes abiertos como para hacer frente a un pago que superaría con creces los ingresos. Con estos obstáculos el comercio minorista no podrá remontar el vuelo.
En Pymes y Autónomos|El Gobierno aprueba el Plan Integral de Apoyo al Comercio Minorista para 2014,Continúa imparable la caída del pequeño comercio ¿protección o cambio?
Imagen|Mabel Flores