Tras la reforma laboral que ha aprobado el ejecutivo de Mariano Rajoy por decreto, son cada vez menos los incentivos que tienen los trabajadores por cuenta ajena frente a la posibilidad de montar un negocio, porque como consecuencia de ello muchos profesionales que aprecian como limitadas sus expectativas dentro de la empresa, y también los que han perdido su puesto de trabajo y no encuentran otra colocación, se están aventurando en el mundo del autoempleo.
Un negocio por pequeña que sea necesita de una infraestructuras, ciertos bienes y algunos servicios, una circunstancia que podemos aprovechar para incrementar nuestras ventas y/o compensar la caída de nuestros resultados. Pero, ¿cómo llegar a este tipo de clientes sin parecer un comercial ‘desesperado’?
Pues el primer problema que tenemos que abordar es saber cuáles son las empresas de nueva creación, dónde se localizan, y en qué sectores de actividad se focalizan, para posteriormente realizar el ejercicio de ponernos en su lugar para intentar vaticinar cuáles son sus necesidades, sus problemas y sus proyectos, para de este modo tener la llave para acercarnos a ellos.
Si lo piensan resulta mucho más sensato dirigirnos a este nuevo nicho de mercado que a las empresas que han llegado a una fase de madurez, que tengan grandes dificultades, o que sencillamente, se encuentren en una complicada situación como consecuencia de la toma de decisiones desacertadas.
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