No todos los fracasos son malos, algunos de ellos son realmente buenos debido a las valiosas oportunidades de aprendizaje que presentan.
Dividir los fracasos de nuestra organización en tres categorías le ayudará a distinguir los buenos y útiles fracasos de los malos, inútiles.
Cómo clasificar los errores
- Fallos prevesibles en operaciones predecibles
Estos son causados por la formación inadecuada, la falta de atención, o la falta de capacidad. Son fáciles de diagnosticar y corregir, usando, por ejemplo, una lista de comprobación. Sin embargo, no son muy útiles.
- Fallos inevitables en sistemas complejos
Los pequeños retrasos del proceso son inevitables, por lo que considerarlos fracasos es contraproducente. Generalmente se pueden evitar siguiendo las mejores prácticas de seguridad y riesgo.
- Fracasos de la innovación
Estos fracasos ocurren como resultado de la innovación hacia adelante. Proporcionan valiosos conocimientos que pueden ayudar a adelantarnos a la competencia. Pero pueden convertirse en negativos si la organización empieza a trabajar a una escala mayor de la necesaria.
La aversión al fracaso nos obliga a asimilar los errores como algo negativo que nos limita nuestra capacidad de poder aprender.
Imagen| JeongGuHyeok En Pymes y Autónomos | Causas del fracaso de un proyecto