"Dudo que las pymes españolas estén preparadas para un Brexit duro", declaraba el ministro británico Stephen Barclay ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Esta decisión no es sólo un dolor de cabeza para muchos británicos que están en contra, también a nivel empresarial supone un grave problema, del que España y sus pymes también son protagonistas.
Barclay ha advertido de que los retrasos que se producirían en el Puerto francés de Calais pueden perjudicar a las exportaciones españolas de fruta y verdura, y de que las consecuencias en sectores como el turismo y la aviación "pueden producir estragos en la economía española". Y si a estas 'buenas' noticias añadimos que la fuga de empresas no contemplan ni a Madrid ni a Barcelona, es para preocuparse.
Llegó el momento de tomar posiciones ante el Brexit
Al igual que sucedió con algunas empresas catalanas en el caso de las empresas con sede en Reino Unido, ya se están dando traslados y Ámsterdam, Frankfurt y Dublín están siendo las grandes beneficiadas. Sin embargo ni Madrid ni Barcelona ni ninguna otra ciudad española forma parte de esas quinielas.
Sólo sé que no sé nada. De hecho, la incertidumbre es lo que sobrevuela toda Europa respecto a la salida de Reino Unido. Lo que resulta obvio es que las pymes respecto a las grandes empresas notarán más los cambios tras su marcha. Las pymes españolas tendrán que empezar a tratar a Reino Unido como un país extracomunitario.
Se trabaja sobre la marcha y con hipótesis
En el momento en el que se ponga en marcha el Brexit, las pymes españolas tendrán que hacer frente a normativas técnicas, registros sanitarios y formularios específicos a los que no estaban acostumbrados.
Cada empresa tendrá que ver, en función de su sector, cuál es la exposición al riesgo que tiene respecto a Reino Unido, y aquellas que no lo han hecho nunca, aprender cómo se realizan intercambios con terceros países. Todo esto ante la paradoja de ser uno de los países con más ciudadanos británicos residentes.
El 7,2% de las exportaciones españolas tienen como destino Reino Unido. Es el quinto mercado mundial para las empresas españolas, y supone un 7% del total de las exportaciones anuales. Y si a lo anterior unimos que para los británicos será más caro viajar, el turismo también se verá resentido.
Sin contar cómo afectará también a pymes británicas instaladas en España. Este escenario no deja con buen sabor de boca ni a pymes ni autónomos, a fin de cuentas perder a un cliente no es nunca una buena noticia.
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