Finalmente el acercamiento en las negociaciones entre agentes sociales y Gobierno hace que la nueva ley de teletrabajo esté muy cerca del acuerdo. Las principales líneas maestras del mismo se basan en que debe ser una situación acordada ente ambas partes, empresa y empleado. Tendrá que afectar como mínimo al 30% de la jornada laboral.
El Gobierno quería fijar un porcentaje menor, el 20%, pero la CEOE luchó por aumentarlo para evitar que gran parte de las plantillas decidieran teletrabajar los viernes. En todo caso el acuerdo de teletrabajo tendrá que ser firmado por ambas partes, ya sea con el contrato o con posterioridad al mismo. Otra cuestión importante es que será reversible, previa comunicación en el plazo acordado por cualquiera de las partes.
En todo caso no podrá se una causa justificada de despido la negativa a teletrabajar y viceversa. Tampoco será posible modificar las condiciones de trabajo de forma sustancial por volver a la presencialidad o trabajar desde casa.
¿Cómo se compensan los gastos generados por el teletrabajo?
Una de las patatas calientes del acuerdo es la compensación de los gastos si se trabaja en casa. El acuerdo parece lo suficientemente abierto como para que todas las partes queden conformes. Dos cuestiones quedan claras:
- La empresa tendrá que hacerse cargo de un porcentaje de los gastos que le genere al empleado trabajar en casa. La fórmula de compensación se establecerá en convenio colectivo o en acuerdo entre representantes de los trabajadores y empresa.
- Las compañías deberán proporcionar a los empleados los medios necesarios para poder teletrabajar. Esto quedará regulado en el acuerdo de teletrabajo, donde dichos medios estarán inventariados.
- El derecho a la desconexión digital sigue vigente aunque se trabaje desde casa o con horarios flexibles.
Por último la empresa podrá tomar las medidas de control del trabajador que estime oportunas siempre que no atenten contra su dignidad. Hay que tener en cuenta que el control horario sigue vigente igualmente aunque trabajemos desde casa.
La realidad es que el punto más polémico, la compensación de los gastos, queda tal y como todos quieren. Por un lado sindicatos contentos porque se reconoce que la empresa tiene que hacerse cargo de un porcentaje de los gastos generados. Por otro, la patronal contenta porque cómo se compensa se negocia en cada empresa.
Para algunos trabajadores no tener que desplazarse hasta el trabajo ya es una compensación muy interesante, por el tiempo y el dinero que se pueden ahorrar. Para otros sin embargo, trabajar desde casa puede suponer más gasto en telecomunciaciones y sobre todo climatización. La cuestión es tratar cada caso de forma individual.