Que España no ha salido de la crisis económica. Que tener trabajo no implica llegar a fin de mes, es una realidad que muchos españoles conocen. Pero Philip Alstson, ha venido a destapar a esa otra España que roza la pobreza y que tiene que pedir ayuda para realizar pagos o algo tan básico como comer.
Philip Alston confía en que el nuevo Gobierno tome medidas urgentes para paliar las desigualdades que ha observado en una de las dos Españas, la de la población “que lucha por sobrevivir”.
Dos semanas para comprobar que en España "vive gente al límite"
Durante sus casi dos semanas de visita a España, Philip Alston, relator Especial de la ONU sobre extrema pobreza y los derechos humanos, explicó que ha visto “dos Españas”, una próspera que ya conocía de sus visitas turísticas y la otra poblada por “gente en el límite, luchando para sobrevivir”.
El principal problema, según indicó el pasado 7 de febrero en la rueda de prensa donde presentó sus conclusiones preliminares, es que “muchos españoles no se reconocerían como parte de su país” algunos de los lugares a los que ha dirigido su atención: la Cañada Real en Madrid, Los Pajaritos —a las afueras de Sevilla— o los pobladores de recolectores migrantes de la fresa en Huelva son algunos de esos puntos “con peores condiciones que un campamento de refugiados”, señaló Alston.
Hay muchas personas en España que desconocen o viven de espaldas a esta situación en pleno 2020
Ojos que no ven, corazón que no siente, dice el refrán. Y es lo que muchos ciudadanos hacen cuando pasean por su ciudad o pueblo, no quieren ver la realidad. Les incomoda saber que hay gente pobre en España. Gente que es igual a ellos. Y que por un despido, mala suerte o una serie de factores que se juntan: no pueden vivir dignamente.
Para encontrar situaciones de auténtica necesidad y vulneración de los derechos humanos, no hace falta irse a países en desarrollo, sino que podemos verlas cerca de nuestras casas. Alston ha podido verlo en los campos de Huelva y de Almería, donde miles de extranjeros trabajan en condiciones infrahumanas en el campo y viven sin luz ni agua corriente.
El Relator Especial visita Cañada Real, en las afueras de Madrid. © Bassam Khawaja 2020
Según el INE el 23% de españoles viven por debajo del umbral de la pobreza
Si miramos solo a las personas extranjeras residentes en nuestro país, la cifra se eleva hasta el 56%. Todos estos datos no dan lugar a dudas de que hay que adoptar medidas y de manera urgente, porque reconducir la situación de desigualdad y precariedad generada por las políticas neoliberales desarrolladas durante la crisis, no va a resultar fácil.
Pareciera que los políticos viven en una burbuja y no son conscientes de la gravedad de los hechos. No se trata de construir más viviendas o de 'dar' más ayudas sino de encontrar soluciones reales y justas.
Un derecho que, como señala, está reconocido por la Constitución pero que se tiene “que empezar a tomar en serio”, ante una situación de emergencia habitacional que calificó como patética.
Las políticas de construcción de vivienda social y los planes de promoción público-privados no son suficientes
Este experto en extrema pobreza y derechos humanos no dudó durante la rueda de prensa en aconsejar que el Gobierno de España tome en serio medidas para la limitación de alquileres, al menos en zonas sensibles, como las que han implementado ciudades como Berlín o París.
“La discusión sobre el control de los alquileres es controvertida pero es una clave, hay que ir más allá de ese debate”, recalcó Alston, para quien la estabilización de precios, que tiene que ser “adaptativa y flexible” puede ayudar para “sanar esta situación”.
Resumen de las conclusiones de Alston (AUDIO)
Abandono, la palabra que más ha escuchado de quienes lo pasan mal en nuestro país
Y no es de extrañar. Cuando una prende la televisión o navega por Internet parece que vivamos en un universo paralelo donde la noticia sea la última tendencia en Twitter o con la que abre un informativo.
Las desgracias de fuera son reflejadas y mostradas hasta la saciedad, pero por alguna razón esta verdad incómoda no tanto. Donde las familias no llegan a fin de mes, o no pueden ni alquilar una vivienda, apenas se ven apenas abren informativos. Esperemos que esta visita y estos informes sirvan para algo.
Imagen|Philip Alston